Celebremos a nuestros niños

La celebración del día del niño y niña regresa a ser el 1 de noviembre, tal como, lo celebramos muchos de nosotros en otros tiempos. Así quedó establecido en el Proyecto de Ley 72, que aprobó la Asamblea Nacional, recientemente.

Debo confesar que para mí nunca dejó de ser ese el día del niño, no me acostumbré a otra fecha. No debemos acostumbrarnos a las fechas para celebrar a nuestros niños, porque representan el presente y futuro, tenemos que celebrarlos todos los días, amarlos, cuidarlos y protegerlos, procurando para ellos un mundo mejor. Un mundo en el que no sufran discriminación, hambre, violencias, en el que tengan acceso a alimentación, salud, educación y vivienda.

Más que una fecha nuestros niños y niñas necesitan compromiso genuino de parte del Estado, sus familias y sociedad en general, para que su condición de vida mejore y su seguridad e integridad física sean resguardadas. Necesitan vivir libres de violencias, que las leyes que los protegen sean efectivas y que haya certeza del castigo para quienes actúan contra ellos. Los niños necesitan que sus padres los amen, dediquen tiempo de calidad a ellos, tengan estabilidad laboral, para que puedan cubrir sus necesidades básicas.

Siempre será válido y bien recibido que haya días especiales para celebrar a nuestros niños, sin embargo, tenemos que preguntarnos ¿cómo celebra un niño o niña su día sin un hogar, sin agua en el grifo y sin alimentos? La realidad de muchos es que viven en condiciones inhumanas, tienen que cargar agua de lugares distantes, bañarse en un río o quebrada contaminados, cruzar puentes sobre ríos crecidos para ir a la escuela, comen una vez al día y recorren largas distancias con sus padres para llegar a un centro de salud. Además, están siendo destruidos por seres perversos que abusan de ellos. Falta por hacer más y de manera contundente para protegerlos.

Acciones como publicar el listado de ofensores sexuales encuentra resistencia en su aplicación ¿por qué? Si estamos obligados a proteger a nuestra niñez e implementar medidas que sirvan de apoyo en la prevención de los actos de los que son víctimas, no al ofensor.

Celebremos a nuestros niños todos los días, construyendo un mejor futuro para ellos, libres de violencias en el que puedan ser felices y disfrutar esa linda etapa de su vida.