- domingo 23 de marzo de 2025 - 10:00 AM
Catedrático de UP: Hay que aceptar la vejez con dignidad
La vida nos lleva a diferentes etapas. Cuando somos niños queremos que el tiempo pase rápido para tener mayoría de edad. Soñamos con esa libertad e independencia sin saber que la niñez es la mejor época de nuestra existencia. Hay muchas personas que hoy atraviesan por la edad dorada, pero se resisten a reconocer las limitaciones que ella acarrea. Otras, como nuestra poeta Doris Jurado, sabe, a la perfección que el tiempo que queda es poco para realizar los múltiples sueños que abundan en su mente y ella se inspira para decirnos....
“Estoy en un momento donde poco es el tiempo que me queda para realizar todos mis sueños. Son sueños tontos, imposibles que no realizaría aunque pudiera. Me bañaría desnuda a la luz de la luna buscando el esplendor del universo. Mojaría la punta de mis dedos con los destellos que emanan de los astros. Recostaría mi cuerpo en la alfombra verde de un bosque encantado posando mi cabeza en las raíces de las plantas que crecen a merced del tiempo. Son sueños que se rebelan en contra de lo que puede ser real.
Me mojaría los labios con el rocío robado a esas flores silvestres y los endulzaría con la savia que brota dentro de cada flor creando una ambrosía que me endulzara el alma, pero no queda tiempo.
No sé si desvarío, pero quiero más tiempo para crear místicos cantos que arrullen el plácido sueño del que anhela lo que le es imposible. Quisiera ser la brisa que lo arrulle en esa soledad que para nadie quiero. O ser el manantial que refresque su piel que irradia ese calor de las brasas candentes por los malos recuerdos. O ser el libro que todos desconocen y que encierra recuerdos de una noche de fiesta donde el baile y la risa fueron reinas del tiempo.
Quisiera tener tiempo para ser nuevamente la joven que encantaba con su risa de primavera, con mis risos al viento cual serpentinas festivas llevando la alegría a las casas vecinas.
Correr, saltar, reír, llorar y que mi príncipe amado me secara las lágrimas o se bebiera mi risa con sus labios sedientos hasta dejarme ansiosa por recobrar mis lágrimas y mi risa también. Son sueños o son locuras, pero no queda tiempo.” Hasta aquí la inspiración de nuestra amada poeta. A ella le aconsejo hacer uso de esa mente prodigiosa para que le permita vivir cada uno de esos sueños. A través de la mente puede viajar a cualquier planeta, sumergirse en las aguas tranquilas de cualquier manantial o hasta tomar las manos de Dios y besarlas, como símbolo de la vida que le ha permitido vivir. A esa juventud que piensa que el tiempo es eterno, sepan que en menos de lo que canta un gallo ya estarán en esa edad dorada... ¡Vivan y disfruten ese hoy... el mañana está más cerca de lo que imaginan! ¡Bendiciones para todos en especial hoy que es el Día del Señor! Abrazos.