- martes 02 de julio de 2019 - 12:00 AM
¡La cárcel o la ruina!
Hasta el último día, (Juan Carlos) Varela mantuvo la farsa representada durante 5 años. La desvergüenza de sus personeros, tal vez funcionaría estando en control del poder, pero hoy ya no es posible ocultar incapacidades y apetencias desmedidas. Llegó la hora de la verdad, y todas esas ‘bellezas' quedarán expuestas, y el peso de la ley deberá caer sin misericordia sobre los autores y encubridores a conveniencia.
Por doquier aparecen una serie de megaproyectos inconclusos, mudos testigos de la gran burla al pueblo panameño, y de las fortunas ilícitas engordadas a costa de las necesidades insatisfechas de las mayorías. Hay una creciente desconfianza ciudadana en las estructuras judiciales, la que amenaza en convertirse en un verdadero obstáculo institucional, muy a pesar de los propósitos ‘justicieros' que animan al presidente Nito Cortizo.
El manejo fraudulento de las finanzas públicas responsablemente ya fue denunciado por el ministro Héctor Alexander, y ahora estamos en la situación que no se sabe cuánto se debe; y por supuesto será difícil establecer en qué se gastaron las millonadas que manejó el gobierno de Varela.
Como quedaron las cosas, es fácil de pronosticar que en los próximos 5 años, tendremos nuevas caras ‘subiendo y bajando AVESA' y nuevos huéspedes ocupando las cárceles públicas, y la recuperación judicial de los recursos estatales ‘robados', se tornarán complicada, cuando no imposible, merced de los enredos procesales.
En todos estos casos, la venganza ciudadana será justa como legítima. Pero como el presidente está amarrado a la voluntad de la ley, si podrá considerar la conveniencia de que se impongan las penas mediante el proceso judicial, o recurrir a la justicia administrativa (Tribunal de Cuentas), en la búsqueda de recuperar los fondos mal habidos, y que muchos ex funcionarios por ahí exhiben como si fuera una ‘una gracia'.
¿Qué sería preferible? Encerrarlos por un tiempo, y luego verlos disfrutar sus fortunas, gracias a los repudiados ‘acuerdos' negociados con el Ministerio Público, o someterlos a procesos legales, con los que se recuperarán los bienes públicos dolosamente apropiados, sin posibilidades de transacciones leoninas, para verlos luego pululado por los cafetines, buscando ‘una toalla' de algún alma caritativa.
ABOGADO