• jueves 13 de enero de 2011 - 12:00 AM

‘Banana republic’ o el país 100-1

La ‘Banana republic’ (concepto internacionalizado por E.U.) o el país 100-1, y según expresara algún cómico, perdón cónsul, producto de ...

La ‘Banana republic’ (concepto internacionalizado por E.U.) o el país 100-1, y según expresara algún cómico, perdón cónsul, producto de la forma en que son escogidos, salvo excepciones, entre posibles títeres o ignorantes; donde el nepotismo embriaga hasta a extravagantes de televisión, trae como secuela el desprestigio de los panameños, internacionalmente.

Resulta ahora que somos ‘costeños de Colombia’, donde el ‘Océano Pacífico tiene un mayor nivel que el Atlántico’, que la idea de la construcción del canal fue de los ‘franceses (alrededor del 1902/1903)’, que ‘fracasaron por un mosquito’, que los ingresos del canal alcanzan solamente ‘25 millones de dólares en 10 años’. Así funciona nuestro servicio diplomático, a tal grado que el señor presidente prácticamente les prohibió hablar. Vamos bien señor presidente, vamos bien.

Que una participante de belleza diga algunas barrabasadas pudiera entenderse, pero que un diplomático lo haga, es bochornoso; pero miembros del Ejecutivo lo consideran ‘folklórico’.

También es folklórico que algunos diputados estén proponiendo ‘insensateces’ a fin de distraer al pueblo y si el pueblo acepta el camarón pasarlo, así como el irrespeto de ciertos jerarcas y violación a ciertas leyes, inclusive firmadas por el propio presidente Ricardo Martinelli. ¿Juntos haciendo un mejor Panamá?

¿Será que pretenden impulsar otras leyes como: la reelección inmediata, carcelazo, chorizo, eliminar la protección a los discapacitados, a pacientes de enfermedades terminales o crónicas, al medio ambiente, comunicación, derecho a reunión y convertir nuestro país en finca, supermercado o Estado amordazado?

¿Será o no la razón por la cual se quería implementar una ley que penalizara con dos a cuatro años a quien divulgara los exabruptos del gobierno?

Lo dicho por el ‘presunto’ diplomático deja un amargo paladar a quienes sin tratar de ser considerados para esos cargos, manejamos mucho mejor la información histórica y económica de nuestro amado Panamá.

Quienes nos hemos atrevido a decir la verdad, a no aceptar dádivas, chantajes o regalías ni permitir la compra de nuestros principios (éticos y morales), se nos persigue y en esta oportunidad, violando leyes constituidas, se nos destituye, como un mensaje a otras personas que quien manda, hace lo que le viene en gana, independientemente de leyes o sentido común. ¡Ahora le toca al pueblo! Dios te salve Panamá.

EL AUTOR ES ECONOMISTA, EDUCADOR Y HUMANISTA

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