• martes 29 de abril de 2025 - 12:00 AM

Ataques contra la U

El intento de poner el conocimiento científico al desarrollo de la naciente república, sería una razón para ser rechazado por las élites económicas. La evolución histórica de la Universidad hacia su plena consolidación institucional, nos muestra su lucha por superar todos los obstáculos que se le presentaron.

El camino empezó con los primeros cursos universitarios de 1918; en 1935 funcionó como una entidad absolutamente dependiente del Ejecutivo. En 1946 adquiere su plena autonomía, arrancada en 1969, cuando la dictadura militar dispuso total su acuartelamiento.

Contra viento y marea, desde 1982 hasta el presente sigue resistiendo fuerzas que atentan contra su democratización y su autonomía. No es casual que la ciudadanía sólo conozca sus defectos, mientras que ni noticias se hacen de sus avances científicos y académicos logrados. A pesar de todo, se mantiene a la vanguardia de la educación superior nacional.

El espíritu de lucha de los universitarios de todos los tiempos de hoy, es propio de las universidades públicas latinoamericanas. ¿Por qué esperamos que frente a un sistema que intenta robarles sus sueños e ilusiones, el universitario vea en las elecciones sus soluciones? No dudamos que las expresiones de su rebeldía puedan trascender “lo permitido”, pero esa actuar y pensar termina fortaleciendo la democracia.

Sin importar las ideologías, las generaciones universitarias se han propuesto construir una sociedad más justa, recurriendo a métodos “intolerables”. Para el sistema, paradójicamente, esa postura desafiante en apariencia, ayer inspiró a muchos dirigentes del presente, unos abjurando ese pasado, mientras que otros a pesar de los riesgos asumidos, sentimos orgullo por no seguir nuestras convicciones.

Al señor presidente...Ssomos miles los egresados de la “U” que hemos dejado profundas huellas en la sociedad panameña, y hoy nos sentimos ofendidos por las palabras despectivas que Usted dirigió a la Casa de Méndez Pereira. La Universidad de Panamá es un “nido de rebeldías” y “un templo del saber”.

Abogado