- martes 30 de mayo de 2023 - 12:00 AM
¿Y si no aprovechamos las ventajas del país?
Los modernos edificios y amplias avenidas de la ciudad le dicen al visitante que Panamá es el país de la esperanza. Eso seduce a los inversionistas a probar suerte, y la mayoría que decide quedarse, lo hace sabiendo que se encontrarán aquí con las dificultades que dejaron en sus países. Son muchos los panameños que por temor los rechazan, pero lo que más les molesta es que prosperan al poco tiempo.
De salida, no comparto esta idea, porque a diario vemos en recorriendo las calles a
“chicheros” o a “buhoneros” sudando la gota gorda, y muy pronto montan un negocio, y hasta casa propias consiguen. No hablar de los chinos, que por años se instalan detrás de un mostrador, o a los hindúes que sin conocer nuestro idioma, se animan a recorrer las barriadas vendiendo a crédito, sábanas y perfumes.
Rechazo de plano la idea de que los panameños somos flojos. Lo demuestro al ver que vivimos rodeados de hombres y mujeres de que “de sol a sol”, se zurran por levantar sus familias. Además, no han oído de nuestros amigos, que para sobrevivir en el extranjero hicieron de todo. Entonces; ¿por qué no vemos las oportunidades de prosperar que con facilidad ven los extranjeros?
Las mayorías crecimos oyendo de nuestros mayores, que el trabajo honrado dignifica al hombre. Pero este “trabajo honrado”. Cuando se masificó el estudio se esperaba que “los estudiados” generaran sus propios empleo, pero se impuso la idea del trabajo asalariado. Es que si sólo recibieron conocimientos y habilidades técnicos y profesionales, y no una cultura empresarial, los emprendimientos adelantados no más aseguran la sobrevivencia por poco tiempo.
Si pasivos aceptamos la imagen negativa que los poderosos nos han inculcado, no
sabremos aprovechar las ventajas que el país ofrece para construcción por el trabajo, oportunidades de superación. En Panamá tenemos facilidades al crédito, bajas tasas de interés hipotecario, buena materia prima en los mercados y fácil acceso a las tecnologías “de punta”. El extranjero aprovechará esas ventajas, mientras que los locales por nuestra incultura, sigamos pensando en bonos y subsidios, y culpando a los gobernantes de nuestras desventuras.