• jueves 01 de enero de 2015 - 12:00 AM

Año de la corrupción

Estos marcianos son gente muy crédula, y no se les ha ocurrido pensar que, detrás de esos dichos, se esconde un mafioso mayor

Ocurre la transición de año en el extremo este de Marte, en un país diminuto que se ha exhibido en la palestra por ser el más corrupto de esta región. La temperatura está gélida, los gases se esparcen en ventolina y ni se ve casi el sol. Son días nublados y oscuros.

El presidente paisano era el gran jefe de la mafia que arrasó con buena parte de la riqueza común de los 4 millones de moradores de este gélido país. Pero el tipo es tan listo que encontró todos los vericuetos para salvarse. Convenció, primero, a los parroquianos que tenía tanto dinero que no necesitaba de la plata común, después indicó que lo estaban persiguiendo, y, como si fuera poco, cuando alguien lo acusó, sacó tarjeta blanca y gritó: ‘Es persecución’.

Estos marcianos son gente muy crédula, y no se les ha ocurrido pensar que, detrás de esos dichos, se esconde un mafioso mayor. Un segmento de la población cree que se debe pasar la página, y no molestar para nada al presidente. En las casas de apuestas se sobrepone esta opción.

Un grupo de cabezacalientes propone que sea llevado a juicio, que devuelva toda la fortuna acumulada, depositada en distintos bancos del propio este, continente occidental, en el sur, pero menos en el norte, pues en esa región posee adversarios que podrían apresarlo. Esos cabezacalientes aseguran que el gran jefe estaba al frente de una organización criminal, y presionan para que la investigación se centre en él, y no en ladrones de poca monta, que no robaron más de 50 millones cada uno, y que pueden ser considerados ladrones de pavipollos.

Hay una propuesta legislativa para implantar el sistema chino de castigo a los corruptos. Alguien propuso una tabla, en la que por cada cinco millones hurtados al erario, se le cercenará una mano al condenado. No habrá condena de cárcel. Solo de amputación.

* Filólogo y periodista

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