• lunes 21 de abril de 2025 - 12:00 AM

América primero

Si Donald Trump, insiste en ejercer la política del Gran Garrote, veremos en muy poco tiempo la quiebra de muchas empresas

Con este eslogan de la Campaña, Donald Trump desarrolló su camino a la Casa Blanca. Lo que muchos aseguraban sería un buen gobierno, nos reafirma que las segundas partes en algunas películas no resultan tan buenas como se esperaba, y esta historia no es la excepción.

Desde su asunción al poder el pasado 20 de enero de 2025, la convulsión interna y externa que vive Estados Unidos, y que impacta en países con los cuales ha mantenido relaciones, se acrecenta en la medida en que pasan los días.

En tan poco tiempo, la persecución a los inmigrantes, las diferencias con quien se atreve a pensar en contra de la visión que tiene, lo constituye en un tirano y un dictador que se vende como el dueño absoluto de la verdad, cuando es en realidad una clara monomanía crónica.

Lo más reciente que hemos visto, fue la guerra arancelaria que ha emprendido el gobierno norteamericano en contra de todos los países incluyendo Canadá y México que son sus vecinos.

Para ser más didáctico los aranceles es un tributo o impuesto que se paga por un servicio o un bien que entra o sale de país.

Los aranceles tienen como objetivo, recaudar dinero y proteger el producto nacional frente al externo cuyo costo es más económico, obligando a los consumidores a elegir al nacional, ya que los aranceles hacen al producto extranjero más costoso con la imposición de estos. Estas medidas, han impactado en el turismo a Estado Unidos, así como en la caída de la Bolsa de valores.

Si a ello, le sumamos lo ocurrido esta semana con los productos de lujo y de alta gama, que han sido revelados por China, dejando desnudos a los dueños de los emporios comerciales que venden por miles de dólares productos cuya elaboración es 16 veces más barata en el país asiático.

Si Donald Trump, insiste en ejercer la política del Gran Garrote, veremos en muy poco tiempo la quiebra de muchas empresas norteamericanas, el incremento del desempleo, y no habrá impuestos que pagar, engrosando la población la fila de los ciudadanos que requieren ayuda social del Estado.

Dando como resultado una realidad, que la Primera Potencia del Mundo no es Estados Unidos, sino China. Esto debido a que mantiene un desarrollo sostenido y real, alejado de las medidas emocionales que ejecuta el gobierno Trumpista.