- lunes 16 de julio de 2018 - 12:00 AM
Un alza electrocutante
No contentos con las cada vez más constantes violaciones al constitucionalismo democrático y a la propia constitución vigente, los rectores de los órganos del Estado y/o sus subalternos, no desmayan en su descomedido afán de golpear la dignidad, los derechos y el bolsillo de las inmensas mayorías nacionales.
Sus pretensiones de querer imponernos a la fuerza sus ambiciones, en lugar de corregir las injusticias sociales y promover el bien público, son cada día más descomedidas. La decisión de reprimir una protesta universitaria contra el alza, los llevó a encadenar las puertas de la Universidad de Panamá, acto que -por sí solo-, nos revela las mentes enfermas y oscurantistas que nos desgobiernan.
La decisión de recurrir al alza de las tarifas eléctricas para ocultar la ineptitud, incapacidad, ausencia de planificación, proclividad a la improvisación y permanente desinformación a sus mandantes, que somos los ciudadanos, no tiene nombre, pero si un propósito: electrocutar a la población para que doble la cerviz ante la irracionalidad del ejercicio del poder político.
La reacción de todos los sectores del país contra el alza de las tarifas, las protestas espontáneas, tanto individuales como colectivas, evidenciaron un rotundo repudio a la antipopular medida, a tal punto que el Gobierno se vio obligado a recular, pero no sin blandir el chantaje, que es la moneda de uso de los fanáticos de la corrupción.
Es por ello entonces que no debemos descuidar ni la protesta, ni la vigilancia de las actuaciones del poder político, siempre presto a recurrir al uso de las facultades discrecionales de su Fuerza Pública, que ponen en vilo nuestras libertades.
La dispensa solicitada para apropiarse de los 300 millones que son propiedad de la nación, la abusadora y creciente personalización, concentración y militarización del poder, sumado a su irracional ejercicio, no dejan lugar a dudas de que los ciudadanos debemos estar preparados para lo inesperado.
Nuevamente insisto en que: ‘la quiebra de la racionalidad que vivimos, es producto de la ausencia de controles ciudadanos'. Luchemos por un verdadero Estado democrático de Derecho, que: ‘es el sistema político que menos favorece la corrupción y es el sistema político que mejor lucha contra la corrupción'.
Catedrático universitario
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no debemos descuidar ni la protesta, ni la vigilancia de las actuaciones del poder político