- lunes 09 de diciembre de 2013 - 12:00 AM
Alternativa
MANDELA Y LOS DERECHOS HUMANOS
‘Más allá de la noche que me envuelve
negra como el abismo insondable,
agradezco al dios que fuere,
por mi alma inconquistable.
En las garras de la circunstancia
no me he estremecido ni he llorado.
Bajo los golpes del azar mi cabeza sangra,
pero está erguida.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
yace el horror de la sombra,
sin embargo, la amenaza de los años
me halla y me hallará sin temor.
No importa cuán estrecho sea el camino,
ni cuán cargada de castigos la sentencia,
Soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma’.
Una tristeza indescriptible recorre nuestro planeta ante la muerte física de un gran ser humano, como lo fue NELSON MANDELA, Madiba para su pueblo que tanto amó.
Pero esa tristeza trae también un especial regocijo y una esperanza interminable en el futuro de la humanidad, por el legado que deja el hombre que fue un pueblo, el héroe, el amor contra el odio. Y es que NELSON MANDELA fue la encarnación de los derechos humanos que, 65 años atrás, la humanidad se comprometió a conquistar y, por los cuales, MANDELA no cesó nunca de batallar.
La partida de quien venció la discriminación racial contra su pueblo, de quien supo encender la llama eterna de la dignidad en la lucha por la libertad, nunca podrá ser aceptada porque su presencia seguirá viva en el corazón y la razón de hombres y mujeres, que, en los cinco continentes, luchan denodada y diariamente por los derechos humanos, bajo una diversidad de regímenes que se niegan a abandonar la autocracia y el autoritarismo.
Su inagotable paciencia, su sencillez y su humildad le dieron siempre a NELSON MANDELA ese carisma único para poder alcanzar la victoria en tantas batallas que libró. Su trayectoria, llena de huellas imborrables, ha de ser referencia obligada para las presentes y futuras generaciones que, necesariamente, se inspirarán en su ejemplo para vencer los obstáculos que surgen para evitar que el mal se empodere cada día más.
Al inclinarnos con respeto y admiración, con dolor y tristeza ante su muerte, debemos redoblar nuestro compromiso de continuar con las enseñanzas de NELSON MANDELA, que ha muerto para vivir, cual Prometeo contemporáneo. ¡Gracias, NELSON MANDELA, nos enseñaste que el amor puede más que el odio!
* CONSTITUCIONALISTA Y CATEDRÁTICO UNIVERSITARIO