• martes 10 de octubre de 2023 - 12:00 AM

Las alianzas electorales

En quinquenio se presentan  contradicciones por resolver, ya sea de problemas sociales desatendidos

Cada cinco años se convoca a la ciudadanía a  elecciones generales, para que escoja a las nuevas autoridades gubernamentales. Durante mucho tiempo, los partidos políticos fueron los protagonistas de este evento político, hasta que se permitió de manera creciente la participación de las candidaturas independientes.

En quinquenio se presentan  contradicciones por resolver, ya sea de problemas sociales desatendidos, o por nuevos conflictos que se pretenden resolver.  Como el triunfo electoral se adjudica según resultados aritméticos alcanzados en las urnas, lo más común suele ser que con las alianzas se busquen sumar votos, el tema ideológico pasa a segundo plano.

Lo que único importa es aglutinara la “causa electoral”,  figuras u organizaciones político partidistas que permitan aumentar el caudal de votos, y así acercarse más y más a la anhelada “Silla Presidencial”. Si sobre estos acercamientos o conversaciones a la ciudadanía se le mantiene al margen,  sobre los “acuerdos y matraqueos” que se produce entre las distintas “fuerzas económicas”, para hacer viable los planes y proyectos de nuevo gobernante.

Las alianzas electorales no exhiben sus puntos de coincidencia. Pero hacia afuera, muestran que los problemas y los sufrimientos de las mayorías sociales en el nexo que les unifica. Sus sinceridades se puede poner el duda, pues  los politiqueros no ven con simpatía la consulta directa a los electores marginados, por temor a que con su  participación se debilite el peso publicitario de sus discursos  y sus campañas publicitarias.

Con todo y la confusión característica de los tiempos en los que  vivimos, la corrupción  “polarizará” las simpatías electorales.  Por tal razón, en las elecciones del 2024 no presenciaremos un debate de ideas o proyectos políticos, sino que a todos los niveles se dará la gran “sacadera de trapos sucios”,  buscando que el triunfador sea el que más “enturbió” la credibilidad de sus contendores.

Con nuestros votos entregaremos “el poder” de dirigir la maquinaria estatal, cuyo funcionamiento está inspirada en valores de los poderosos. Las posibilidades de “justicia social” está en la conexión del gobernante con la ciudadanía, por lo que sería un gran retroceso que  los “alianzadores”,  terminaran siendo los puentes de comunicación entre la ciudadanía y el próximo gobierno.

Prd  y jubilado

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