La época de los “ojos virados”, la “chancleta aleccionadora”, la “sicología del rejo”, la conversación abierta y aún los códigos digitales forman parte de la línea del tiempo aplicada a la crianza y formación de los hijos, con sus pros y sus contras, abriendo el compás permanente para el debate franco sobre resultados.
Este Mes de la Familia es propicio para que interioricemos nuestro actuar, enderecemos rumbo y con amor protejamos ese tesoro precioso que tenemos como herederos, así sea de “deudas”.
Pero, Ojo!. En nuestro afán por proteger, malcriamos muchas veces, haciendo daño sin querer. Por supuesto que, deseamos de todo corazón, que no pasen “penurias”, dificultades o contrariedades como las que nos enfrentamos en su momento; sin embargo, vale recordar que, como padres orientamos y acompañamos, pues es más probable que sigan nuestro ejemplo y no todos los consejos compartidos.
El grado de dificultad que acarrea cada nivel académico les llevará a experimentar las mejores alternativas para enfrentarlas; y eso implica, un manejo responsable de dispositivos tecnológicos.
Sin pretender perfección, los padres apelamos a que nuestros hijos alcancen madurez y sentido común. Riesgos como ciberacoso, secuestros y depresión están latentes; y ante esto, no existe antídoto, mas la oración y la comunicación pueden hacer grandes diferencias en cada una de nuestras familias, procurando que prevalezca la unión y los valores entre todos.
La época de los “ojos virados”, la “chancleta aleccionadora”, la “sicología del rejo”, la conversación abierta y aún los códigos digitales forman parte de la línea del tiempo aplicada a la crianza y formación de los hijos, con sus pros y sus contras, abriendo el compás permanente para el debate franco sobre resultados.
Este Mes de la Familia es propicio para que interioricemos nuestro actuar, enderecemos rumbo y con amor protejamos ese tesoro precioso que tenemos como herederos, así sea de “deudas”.
Pero, Ojo!. En nuestro afán por proteger, malcriamos muchas veces, haciendo daño sin querer. Por supuesto que, deseamos de todo corazón, que no pasen “penurias”, dificultades o contrariedades como las que nos enfrentamos en su momento; sin embargo, vale recordar que, como padres orientamos y acompañamos, pues es más probable que sigan nuestro ejemplo y no todos los consejos compartidos.
El grado de dificultad que acarrea cada nivel académico les llevará a experimentar las mejores alternativas para enfrentarlas; y eso implica, un manejo responsable de dispositivos tecnológicos.
Sin pretender perfección, los padres apelamos a que nuestros hijos alcancen madurez y sentido común. Riesgos como ciberacoso, secuestros y depresión están latentes; y ante esto, no existe antídoto, mas la oración y la comunicación pueden hacer grandes diferencias en cada una de nuestras familias, procurando que prevalezca la unión y los valores entre todos.