Así como encontrará las calles del país, los nuevos representantes de corregimiento, alcaldes, diputados y ministros, incluyéndolo a usted, hallarán las arcas del Estado.
El despilfarro de los fondos públicos y los mecanismos de entorpecer el desarrollo de la economía panameña tienen que ser investigados y llevados a la justicia ordinaria. Imposible, continuar con ese atraco al erario público.
Se requiere un cambio estructural de la política gubernamental, así como la aplicación de las investigaciones y la acción de la justicia. Quizás se tenga que llegar a investigar al investigador, por falta a la ética, honestidad y encubrir la labor que efectivamente debió haber desarrollado.
Nuestro país no merece estar en el sitial menesteroso en el cual se percibe. Hospitales sin medios, algunos que cuando llueve -en los cuartos de los servicios de urgencia- el agua se recoge en baldes o tinacos-.
Implica que médicos, enfermeras y técnicos tienen que sortear el agua mientras atienden al paciente, cuidándose de no ser mojados por la lluvia o caerse, ya que el agua cae tanto dentro como fuera del nosocomio, entre otros el Hospital Susana Jones Cano de Villa Lucre.
Las investigaciones sobre el despilfarro deben iniciar en este último periodo presidencial e irse corriendo a periodos anteriores. Es necesario investigar y condenar a los responsables de dejar un país en bancarrota, sin medicamentos, sin carreteras, sin fuente de empleo y en total deterioro.
Esos que han permitido el incremento de la violencia, porque posiblemente siguen el ejemplo o patrocinio de algunos jerarcas del gobierno. La diferencia es que unos roban con arma y otros desde un cargo público. Los fondos públicos decrecen a tal grado que para mantener una planilla tienen que pedir empréstitos.
Esa no es la patria por la cual luchó Bayano, Urracá, los cimarrones y Victoriano Lorenzo. Esa no es la Patria que queremos. Hay que investigar, sancionar, meter preso y botar la llave de los delincuentes de cuello blanco, así como recuperar lo robado. Dios te salve Panamá.
Esa no es la patria por la cual luchó Bayano, Urracá, los cimarrones y Victoriano Lorenzo.
