• sábado 22 de octubre de 2011 - 12:00 AM

Adiós a los ‘diablos rojos’

El lunes 23 de octubre de 2006 parecía ser otro día más del calendario. Mientras caía la tarde, no había terminado de hacer un reportaje...

El lunes 23 de octubre de 2006 parecía ser otro día más del calendario. Mientras caía la tarde, no había terminado de hacer un reportaje, cuando comenzaron a llegar las imágenes de un bus incendiado en el barrio de La Cresta, frente al templo evangélico Hosanna. En cosa de segundos, el vehículo con placa 8B-06 se convirtió en una bola de fuego, calcinando vivas a 18 personas y dejando decenas de heridos.

Años después, el 13 de agosto de 2009, cerca del puente de Pacora, un camionero ebrio se estrella contra un autobús repleto de pasajeros. Unas 26 personas mueren en aquel desastre, en medio de la madrugada.

A diferencia de otros Gobiernos, que nunca intentaron lidiar con esta problemática, el actual mandatario Ricardo Martinelli y el ministro de la Presidencia, Jimmy Papadimitriu, han tomado la iniciativa de retirar los denominados ‘diablos rojos’ de las calles. En diciembre de 2010, se inició la implementación del sistema Metrobús, el cual se proyecta como suplementario a la futura red de transporte capitalino, cuyo eje central será el Metro de Panamá (o tren urbano).

Como todo proceso, el cambio es arduo y trae grandes dificultades. Muchas son las quejas de los usuarios por la falta de periodicidad en los recorridos de las rutas de los nuevos autobuses. Los congestionamientos vehiculares atrasan la llegada de las unidades a las paradas; en tanto que los procesos burocráticos para pagar las compensaciones a los transportistas que salen del sistema, postergan la activación de otros trayectos del Metrobús.

Por lo menos, la comodidad se siente en estos vehículos. Antes, en el diablo rojo, se viajaba acalorado. Hoy, el usuario dispone de aire acondicionado y más seguridad al transportarse.

Tenemos confianza en que la empresa concesionaria Mi Bus brindará un óptimo servicio de transporte en la capital panameña. Empero, sugerimos más divulgación de sus próximos recorridos en las rutas de San Miguelito y Panamá Este, las cuales llevan a más de 300 mil usuarios diariamente a sus destinos.

Las lecciones aprendidas en las tragedias de 2006 y 2009 nos demuestran que el transporte público es vital para el desarrollo económico-social. Si la gente viaja a sus trabajos en malas condiciones, se afectará la productividad de la empresa o institución donde labora. No queda otra que tener paciencia y esperar que, poco a poco, se retire el viejo sistema de buses y se implemente el Metrobús y, posteriormente, el Metro de Panamá.

EL AUTOR ES RELACIONISTA PÚBLICO