Adhemar roba, pero hace

En estos días tuve la oportunidad de leer un interesante libro sobre anécdotas curiosas de políticos latinoamericanos y me llamó la atención la historia de un político brasileño de nombre Adhemar Pereira de Barros (1901-1969), cuyo lema de campaña era: ‘Adhemar roba, pero hace'.

Era una consigna que lo conectaba con sus electores y gracias a la sinceridad de reconocer su proceder con los fondos públicos, ocupó cargos de alcalde, diputado, gobernador e interventor federal; también, participó como candidato a la presidencia del Brasil en 1955 y en 1960, quedando en tercer y cuarto lugar, respectivamente.

Médico y empresario es considerado el padre del marketing electoral en Brasil por las constantes y nuevas tendencias políticas que establecía cada vez que participaba en una contienda electoral.

El asunto es que en Panamá existen muchos Adhemar que se agitan en la vida pú blica, ya que a través de décadas han robado al pueblo panameño; sin embargo, los electores siguen creyendo en ellos y cada cinco años son favorecidos con el voto popular.

Es común escuchar ‘fulano de tal roba, pero hace', ‘qué importa que robe, después que salpique con algo' y la más común: ‘hay que votar con el candidato X porque se baña con regadera' o si no el clásico: ¿qué hay pa' mi?

Nuestros políticos criollos son conscientes de esta debilidad de los electores y la explotan a cabalidad sobre todo en las antesalas de los torneos electorales repartiendo dinero, regalos y toda clase de productos.

En el circuito electoral donde resido no teníamos noticias del diputado elegido en las elecciones pasadas, desde el día en que tomó posesión, hasta el pasado fin de semana que empezó a vocear, megáfono en mano, una fiesta para las madres en la junta comunal de la comunidad.

Un borrachín que escuchaba dijo: ‘Ajo se acerca la política, ahora le pido para la pacha y no me importa que haya robado después que me pase un salve'.

PERIODISTA Y DECANO DE LA FACULTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL UP