- martes 09 de enero de 2024 - 12:00 AM
En el 60º aniversario de la gesta patriótica
¡Qué mejor celebración del 60º aniversario de la Gesta Patriótica del 9 de enero que haber logrado otro triunfo en la defensa de la soberanía nacional con la anulación del contrato minero!
Se trata de 2 levantamientos del pueblo panameño en defensa de nuestros recursos naturales, ya se trate de nuestra posición geográfica o de nuestro ecosistema, sintetizados en las siguientes consignas vigentes en cada uno de esos hechos históricos: ¡Un solo territorio, una sola bandera! y ¡el oro de Panamá es verde!
Los hechos de enero de 1964, donde la población panameña irrumpió masivamente en las calles reclamando soberanía sobre todo su territorio con la pérdida de 22 vidas valiosas, permitieron la abrogación definitiva del tratado Bunau-Varilla, con el nuevo tratado de 1977 y el retiro del último soldado norteamericano el 31 de diciembre de 1999.
Aunque se hizo el trabajo jurídico en los tribunales para la anulación del ominoso tratado y se demostró en debates y libros sus transgresiones a la Constitución y al derecho internacional, fue cuando se dieron esas peleas en las calles cuando pudo fructificar la lucha.
Asimismo, la batalla por la preservación del ambiente y en contra de las transnacionales Petaquilla Gold y First Quantum Minerals, se había focalizado en agrupaciones ambientalistas y campesinas, así como en sendos recursos de inconstitucionalidad que demoraron el sueño de los eternos en la corporación judicial.
Sin embargo, cuando el avorazamiento de la clase dirigente local conduce a la aprobación del nuevo contrato minero, la indignación social de la población no se hace esperar y hace una realidad el fallo de inconstitucionalidad de la Ley 406/23 dado a conocer el 28 de noviembre.
Enoch Adames afirma que se produjo “una gravísima pérdida de conducción política por parte del gobierno del Presidente Nito Cortizo ocasionada por el quiebre de credibilidad entre el gobierno y la sociedad (civil), la disminución del ascendiente de legitimidad y la reducción de su capacidad de maniobra política frente al estallido social” (LEP, 7/1/24).
Jorge Turner, mi padre, a propósito del 9 de enero, señaló: “En la medida que el pueblo irrumpe en el escenario de nuestras luchas liberadoras, exigiendo su papel esencial, se acentúa el proceso de descomposición de la oligarquía. Habiéndose operado un cambio de calidad en la conciencia popular no son posibles ya las soluciones de transacción que se nos quieren imponer. (“Nuestra lucha actual contra el imperialismo”, VAN, 1964).
abogada y docente universitaria