- martes 05 de agosto de 2014 - 12:00 AM
Que todos los perros olfatean el trasero de otro es lo más normal del mundo, Pero, ¿por qué lo hacen?
Aunque parezca una pregunta muy simple, la respuesta no lo es tanto, y es, incluso, más interesante de lo que parece
El secreto, tal como asegura la Sociedad Química de Estados Unidos (ACR, por sus siglas en inglés), está en la química.
Los perros tienen, como es sabido, un olfato muy desarrollado. Tanto, que se estima que es entre 10.000 y 100.000 veces más sensible que el olfato humano.
Y cuando dirigen sus hocicos al trasero de otro perro, lo que hacen es recolectar un montón de información sobre el otro animal, desde lo que come hasta su género o su estado emocional.
Es algo así como conversar a través de la química. De hecho, este es solo un ejemplo entre muchos de comunicación química en el reino animal
En 1975, el científico George Preti, experto en feromonas y olores humanos del Centro Monell de Química de los Sentidos, estudió las secreciones anales de perros y coyotes e identificó los componentes principales de las secreciones que producen las glándulas alojadas en dos pequeñas bolsas llamadas sacos anales en animales.
Este lenguaje químico, observó Preti, está compuesto de trimetilamina y varios ácidos grasos volátiles, y el aroma puede cambiar de acuerdo a la genética y el sistema inmunológico del animal.
Pero además, lo interesante es saber cómo hacen los perros para percibir y procesar este mensaje químico de otros perros.
Explican los expertos de la ACR, tienen un sistema olfativo auxiliar llamado órgano de Jacobson o vomeronasal diseñado específicamente para la comunicación química, este órgano tiene sus propios nervios que se comunican directamente con el cerebro.
Por lo tanto, no hay interferencias de otros olores y el órgano de Jacobson puede dedicarse sin distracciones a leer las tarjetas de presentación químicas de sus amigos perros.
Los perros no son los únicos que se comunican con olores. La naturaleza ofrece numerosos ejemplos, aquí te contamos una selección de los más curiosos.
El murciélago de sacos es un experto en el arte de la comunicación química que no solo segrega sino que mezcla aromas para atraer hembras.
Este mamífero que habita en la India, Pakistán y Nepal, tiene un método curioso, y sin duda oloroso, para atraer la atención de las hembras
Los primates de la isla de Madagascar tienen una extraña forma de pelear por el territorio: los machos se restriegan la cola con unas pequeñas glándulas que tienen en las muñecas y luego la agitan para desparramar el aroma Además, sacudir la cola perfumada también sirve para atraer hembras.