- viernes 30 de septiembre de 2022 - 8:44 AM
Magistradas afganas exiliadas en España tras la toma del poder por los talibanes, en agosto de 2021, reprocharon este viernes a la comunidad internacional que haya dejado "solos" a sus conciudadanos en un territorio donde lo único que queda es "oscuridad".
La juezas afganas Gulalai Hotak y Safia Jan Mohammad expresaron estas quejas durante su estancia en Las Palmas de Gran Canaria (Islas Canarias, Atlántico), donde participaron en la jornada "Afganistán, la guerra silenciosa contra mujeres y niñas", junto a otras dos magistradas, del total de ocho que han pedido asilo en España.
Estas profesionales, que aspiran a aprender el español y a encontrar trabajo en este país, viven "vidas modestas" con ayuda de algunas ONG como CEAR, tal como explicó a los periodistas Safia Jan Mohammad, quien subsiste junto a su marido y dos hijos, con una ayuda mensual de 290 euros.
Su compañera Gulalai Hotak logró huir "de la noche al día" de su país a Turquía con ayuda de su hermano, que trabajaba en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Afganistán.
"En Turquía, donde la situación económica es difícil, esperé tres meses a que otras compañeras juezas llegaran. La Asociación de Mujeres Juezas de España jugó un papel muy importante para que nosotras pudiéramos salir de nuestro país, donde el 50 % de la población vive en la pobreza", afirmó Hotak.
Esta magistrada lamentó que la comunidad internacional "haya dejado solos" a los afganos y que en su país solo quede "oscuridad", de ahí que su aspiración sea ahora convalidar su titulación en España para poder trabajar y seguir su vida aquí junto a su familia.
Sobre el día a día de los afganos que han quedado sometidos al régimen talibán, Gulalai Hotak declaró que los familiares que dejó allí, con quienes sigue en contacto, viven en la pobreza y "han tenido que cambiar de casa cuatro veces para esconderse de las autoridades".
Respecto a la realidad de la infancia, aseguró que "las niñas están muy reprimidas: estudian hasta los 12 años y después de esa edad los estudios están prohibidos para ellas".
"La represión y los prejuicios" que sufren las niñas afganas es tal que "hace que no puedan hablar con un profesor hombre para preguntar sobre sus deberes", señaló Hotak.
Safia Jan Mohammad ejercía, con la protección de guardaespaldas proporcionados por el Gobierno, como jueza de violencia contra la mujer en Afganistán -donde quedan otras 70 profesionales como ella- y ahora vive con su familia en España, donde pudo conseguir un Número de Identidad de Extranjero (NIE) -la documentación oficial de los extranjeros- que caduca en nueve meses y espera obtener también el asilo.