- sábado 08 de octubre de 2022 - 12:00 AM
Luto. Abrazada a los juguetes favoritos de su sobrino de tres años, Vimol Sootfanpitak recuerda al pequeño asesinado durante el violento asalto perpetrado el jueves por un expolicía en una guardería del noreste de Tailandia, que acabó con la vida de 22 niños y una quincena de adultos.
‘A él le gustaba la comida que yo cocinaba y de vez en cuando le daba regalos', señala sumida en la tristeza la tailandesa de 40 años, quien, mientras habla con la prensa, cierra de vez en cuando los ojos y estrecha su cuerpo contra el peluche que tiene en sus brazos.
Las escenas de dolor se repiten delante de la guardería, una casa sencilla con techo de tejas, donde se acercaron durante toda la mañana familiares de las víctimas y vecinos de la tranquila localidad de Uthai Sawat para rezar. A primera hora de la tarde, los familiares se dividieron para acudir a alguno de los tres templos para los funerales.