Los países con más licenciados en el mundo: ¿qué están haciendo bien?
- domingo 29 de junio de 2025 - 8:00 AM
En un mundo donde la educación se ha convertido en una herramienta clave para el progreso individual y colectivo, varios países han logrado lo que muchos otros apenas sueñan: que más de la mitad de su población adulta cuente con título universitario.
Según informes de organismos internacionales como la OCDE, y estudios recientes de CBRE y Erudera, Canadá, Irlanda, Japón, Corea del Sur y Suiza se destacan por tener los porcentajes más altos de titulados universitarios entre adultos de 25 a 64 años.
Canadá lidera con un impresionante 57 %, seguido de Irlanda con 52,4 %, y Japón con 55,6 %. También figuran en la lista Corea del Sur, Israel, Reino Unido, Singapur y Países Bajos, todos por encima del 40 %.
¿Qué hacen estos países para lograrlo?
Una de las claves está en la alta inversión estatal en educación. En Canadá, por ejemplo, el sistema educativo está altamente financiado, ofrece múltiples apoyos para estudiantes y universidades de primer nivel que atraen tanto a locales como a extranjeros.
También influye la cultura social, donde los estudios superiores se ven como un paso necesario para acceder a buenos empleos y mejorar la calidad de vida. En países como Corea del Sur y Japón, la presión académica es alta y la educación superior se considera una obligación más que una opción.
Por otro lado, las economías desarrolladas demandan trabajadores altamente calificados. En Irlanda y Suiza, por ejemplo, la presencia de empresas tecnológicas y farmacéuticas exige un nivel de formación que empuja a las personas a graduarse.
Además, estos países tienen políticas educativas inclusivas. En muchos casos, la universidad es gratuita o altamente subsidiada, lo que permite que más jóvenes accedan sin importar su origen social.
En contraste, Latinoamérica tiene porcentajes mucho más bajos. Según la OCDE, países como Chile, Costa Rica y Panamá tienen entre el 19 % y 23 % de adultos con título universitario. La brecha se explica por desigualdades sociales, costos educativos y sistemas públicos menos robustos.
Los expertos coinciden: una población más educada genera ciudadanos más productivos, informados y resilientes. La pregunta que queda en el aire es si Panamá y el resto de la región podrán dar el salto que muchos países ya lograron hace décadas.