Condenan uso de Pegasus para espiar a periodistas

Al menos 22 de los espiados serían integrantes del portal El Faro
  • martes 01 de febrero de 2022 - 12:00 AM

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para América Central (Oacnudh) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenaron este lunes el uso del software israelí Pegasus para espiar a periodistas en El Salvador e instaron al Estado a "investigar los hechos".

Según un informe de Citizen Lab, de la Universidad de Toronto y Access Now, los teléfonos de al menos 35 trabajadores de medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil salvadoreña fueron intervenidos mediante la tecnología israelí.

Al menos 22 de los espiados serían integrantes del portal de investigación El Faro, quienes fueron vigilados entre junio de 2020 y noviembre de 2021, cuando el medio iba a publicar reportajes de interés público, y en contextos de debates políticos nacionales relevantes.

"Las recientes revelaciones sobre el repetido uso de softwares de vigilancia en múltiples países indican un patrón sumamente preocupante de intimidación de periodistas y defensoras y defensores de derechos humanos", expresaron en un comunicado la Oacnudh y la CIDH.

Por ello, exhortaron al Estado a investigar los hechos denunciados de manera efectiva e imparcial, y a velar por la protección de la integridad de las víctimas.

Subrayaron que cualquier acción intrusiva de los dispositivos de comunicación debe ser respaldada por un marco legal transparente que esté acorde con las normas y estándares internacionales de derechos humanos y destacaron "la importancia de la labor de quienes ejercen el periodismo y la defensa de los derechos humanos".

Una investigación periodística global reveló en 2021 que Pegasus había sido utilizado por Gobiernos de todo el mundo, desde Arabia Saudí hasta México, para espiar a activistas, defensores de derechos humanos, periodistas y políticos, incluido el presidente francés, Emmanuel Macron.

Como resultado, EE.UU. impuso sanciones contra su fabricante, la empresa israelí NSO Group, vetando su acceso a la tecnología estadounidense; mientras que Israel endureció el control de sus exportaciones cibernéticas.

La empresa siempre sostuvo que sus productos están destinados a perseguir a terroristas y criminales, aunque no puede controlar cómo sus clientes los utilizan. El presidente de NSO, Asher Levy, dimitió la semana pasada.