La princesa que perdió las palabras (FIN)

Con estas palabras, Lucía perdió sus alas y recuperó todas sus palabras que eran muchas.

El palacio volvió a llenarse de versos, de poesía, de música y alegría. Desde su ventana le llegaba la bella voz de su hermana, la Sirenita y Lucía la acompañaba de palabras hermosas.

Lucía siguió visitando su jardín, sus árboles, flores y animales. Y como le sobraban las palabras, multiplicó cada cosa que veía y tocaba.

Un azulejo era una luz en movimiento, una rosa era sueño de primavera perfumada, un niño que corría era un relámpago alegre.

Sobraban los sustantivos, verbos y adjetivos para nombrar las cosas. Estas siempre se convertían en muchas cosas más.

Al final, el mundo estaba lleno de palabras que cada día creaban otras cosas y estas, creaban nuevos mundos hasta el infinito.

Entonces Lucía fue construyendo un mundo de palabras donde podía volar, nadar, darle la vuelta al mundo. Podía ver el cielo de todos los colores del arco iris. La lluvia, la nieve, el verano, el invierno llegaban en cualquier época del año.

Desde la torre del palacio, la princesa hilvanaba versos y palabras, tejía historias que su hermana, la Sirenita, acompañaba desde lejos con su melodiosa voz.

Así, desde su ventana, desde su cuarto o desde su jardín, Lucía recorría el mundo en un caballo blanco, en un barco de vapor y hasta en un avión, aunque en esa época los aviones aún no existían. Pero todo es posible, todo se puede crear a través de la imaginación, las palabras y la música.

Anímate y creemos juntos un mundo para compartir. Un mundo de sueños y palabras.