[Cuento] Pompón y Siroco: amigos del cielo

En este cuento se resalta la importancia de atreverse a confiar, superar los miedos y abrirse a nuevas experiencias, ya que eso permite cumplir sueños y formar vínculos significativos
  • domingo 19 de octubre de 2025 - 12:00 AM

En un prado lleno de flores y mariposas vivía Pompón, una pequeña conejita de pelaje blanco y suave como una nube. Cada mañana, Pompón miraba hacia el cielo y suspiraba.

¡Cómo me gustaría volar y ver el mundo desde allá arriba! Decía mientras daba sus saltitos.

Un día, mientras buscaba tréboles, una gran sombra cubrió el suelo. Pompón miró hacia arriba y vio a Siroco, un águila de alas enormes. Asustada, se escondió detrás de una roca.

No tengas miedo, dijo Siroco con voz suave. No quiero hacerte daño.

Pompón temblaba, pero se atrevió a mirar. Notó que el águila tenía los ojos tristes.

¿Por qué estás solo?, preguntó la conejita.

Porque todos me temen, respondió Siroco. A veces desearía ser pequeño como tú, para que me aceptaran.

Pompón sintió ternura y saltó un poco más cerca. Desde ese día, se hicieron amigos. Siroco le contaba cómo se veía el bosque desde el cielo: los ríos eran cintas plateadas, las montañas parecían gigantes dormidos y los campos se extendían como mantas de colores.

En un amanecer, Siroco le ofreció algo especial.

Súbete a mi espalda, Pompón. Hoy verás el mundo con tus propios ojos.

Con el corazón latiendo rápido, Pompón se sujetó con sus patitas. Juntos volaron entre las nubes, y la conejita vio lo que siempre soñó.

Cuando regresaron, ambos sonreían. Pompón ya no soñaba con volar, porque había aprendido algo aún más valioso: la verdadera grandeza no está en el tamaño ni en las alas, sino en el corazón de quien se atreve a confiar y ser amigo.