Nina Campines: antes y después de retirarse de los toldos

Aunque ya no sube a las tarimas ni se le ve entre toldos y patronales, Nina Campines sigue viva en la memoria musical del pueblo. Su voz marcó una época de oro en la música típica y su legado sigue inspirando a nuevas generaciones.

“Lo que me motivó a cantar fue mi papá. Él tocaba acordeón y cantaba mejorana. En mi tierra solo se oía música típica, desde chiquita crecí entre eso”, cuenta con cariño. Nina empezó cantando por amor y terminó entregándole su vida al folclore.

Recuerda con nostalgia aquellos tiempos: “Las presentaciones en los toldos eran una belleza. La gente era buena, esperaba las patronales para gozar sanamente, bailar y distraerse con alegría”.

Ser mujer en un ambiente dominado por hombres nunca fue fácil, pero Nina supo ganarse su lugar. “Mi grupo estaba lleno de varones, pero todos eran excelentes músicos y grandes personas. Hoy en día aún tienen un grupo de WhatsApp, se llaman Brisas Tropicales. Lo más difícil fue que empresarios y músicos no estaban acostumbrados a negociar con una mujer, pero con el tiempo me gané el respeto de todos”.

Sobre los pagos de antes recuerda que “eran modestos, pero alcanzaba porque todo era más barato. No se cobraban mesas, ni sillas, ni entradas; el que quería bailar, pagaba su taxi y listo”.

Ya retirada de los escenarios, Nina se dedicó más a su familia, aunque de vez en cuando participaba en eventos privados. “Gracias a Dios, la vida me ha tratado bien”, dice con sencillez.

¿Extraña los toldos? “Claro que sí. A veces me dan ganas de estar en el jolgorio, sobre todo cuando llegan las patronales, pero todo tiene su tiempo”.

La música típica, asegura, ha evolucionado con fuerza. “Hay mucho talento joven, por eso también decidí dar paso al relevo generacional. La música está en buenas manos”.

De su repertorio guarda muchas canciones con cariño, como Guerrera antigua, Qué tarde fue y Amor infiel. Cada una tiene una historia y un pedazo de su alma.

Y para quienes sueñan con seguir sus pasos, les deja este consejo: “Si te gusta la música y sientes que es tu sueño, síguelo. No te rindas. Hazlo con amor, que lo demás llega solo”.