- lunes 04 de septiembre de 2023 - 12:00 AM
A un año de casada con el amor de su vida, la modelo y presentadora Amanda Díaz, habló con El Siglo sobre su relación, la cual se ha convertido en una de las más consolidadas del espectáculo panameño.
Además, recordó sus aventuras en Nueva York, buscando ser una supermodelo internacional y su relación con el Derecho.
Como sabrán la conductora de ‘¿Quién es la máscara?', es esposa del excompetidor de Calle 7, Mario Fonseca.
Tanto Amanda como Mario tienen una relación que estrecha con la abogacía. Y es que, además del amor, tienen en común el interés por el Derecho.
Amanda confesó que estuvo a punto de ser abogada. Cursó estudios en la licenciatura, sin embargo, llegó la pandemia y frenó las clases.
Mientras que su esposo es todo un letrado. Así que se apoyan mutuamente al punto de que la comunicadora social le hace las diligencias a Fonseca y ya se cataloga como una conocedora de las leyes.
‘He aprendido muchísimo empíricamente', destacó.
Y agregó: ‘Yo soy su pasante, le hago mandados, voy a Notaría, al Sistema Penal Acusatorio', contó.
Fue lo mejor y a la vez lo peor
La también locutora se enfocó en un momento ser modelo internacional. Siguiendo los pasos de Adriana Lima, Gisele Bündchen y Kate Moss se mudó a Nueva York.
Su estancia fue corta, pues la realidad de los grandes íconos de la moda es que tienen que esperar mucho para que cosas empiecen a suceder.
‘Fue la mejor y la peor experiencia del modelaje en mi vida. Viajé con Marie Claire, la duela de Physical, fui a 30 agencias y de esas 28 me cerraron las puertas. La última me dijo que querían hacerme un contrato y el mundo se me quería caer', explicó sobre su emoción después de tanto esfuerzo.
Amanda expresó que su familia no estaba preparada para económicamente para mantener su vida en la Gran Manzana.
‘Necesitas, mínimo, para vivir en un apartamento, con siete modelos, agarrar el metro, comiendo pizza, porque no te alcanza para la ensalada, unos dos mil 500 dólares', calculó.
‘Mi familia no podía vivir aquí para mandarme dinero. Yo sabía que mi mamá iba a dejar de comer para mandarme el dinero. Lo que me pagaban no me lo entregaban mientras no tuviera permiso de trabajo', continuó.
Evaluado su situación de tener dinero, pero a la vez no poder disponer de él, porque lo que ganaba iba a una cuenta de bancos, decidió tomar unos días para tomar una decisión.
‘Fueron unos días muy oscuros. No diré que tuve depresión, pero si me sentí muy triste', recordó.
Como dice el dicho que ‘mejor pájaro en mano que mil volando', Amanda regresó a su tierra natal, donde se siente feliz.
‘No me arrepiento ni un segundo', reflexionó.
Los medios, su pasión
Díaz analizó que su carrera ha sido un camino bien sudado y trabajado.
A futuro no sabe qué labor estará desempeñando, pero se augura en los medios de comunicación, quizás, como presentadora de noticias.
De hecho, sobre sus tantas facetas en los medios, insistió: ‘Soy mega afortunada'.
Obviamente, no podíamos dejar de hablar sobre el amor.
La Licenciada en Publicidad Mercadeo con Énfasis en Gerencia en Ventas considera que no hay receta específica para cultivar un buen matrimonio.
‘El éxito es el escogernos todos los días, y respetarnos, porque cada quien sabe lo que tiene que hacer para no hacer sufrir a nadie', concluyó.