El 4 de agosto de 2020, el folclor panameño perdió a una de sus voces más auténticas. Kendall Royo, carismático presentador de Hecho en Panamá y De aquí pa’ llá, falleció víctima de la COVID-19, dejando un vacío imposible de llenar.

Hoy, cinco años después de su partida, su recuerdo sigue más vivo que nunca entre colegas, amigos y fanáticos de la cultura nacional.

Royo no solo fue un animador de televisión; fue un hombre del pueblo, genuino y cercano, que se ganó el cariño de la audiencia con su energía inconfundible y su amor por las tradiciones. Su icónica expresión “¡Susalabao!”, quedó grabada en la memoria de quienes lo vieron recorrer el país, celebrando la riqueza de nuestras costumbres y haciendo sentir orgullosos a los panameños de su folclor.

Su hijo, quien hoy también es presentador de Hecho en Panamá, compartió un emotivo mensaje en redes sociales: “Te extrañamos mucho, papá. Han pasado cinco años y todavía escucho historias tuyas en los lugares que un día visitaste. Llegó tu mes, tu fiesta”.

Compañeros del mundo de la televisión también lo recordaron. La productora Elena Llorach evocó sus primeros pasos en la televisión: “Me parece que fue ayer que hizo el casting para Hecho en Panamá. En su primer programa me pedía que evitara sacarlo sin camisa por una cicatriz, y yo le dije: ‘No te preocupes, nadie reparará en eso’, y así fue”.

El acordeonista Cristian Cedeño, expresó: “Siempre lo recordamos”. Personas que conocieron a Kendal en vida también escribieron en la publicación que hizo su hijo con palabras memorables. “Extrañamos a ese excelente presentador, animador y amigo que nos alegraba con sus pregones. Que el ‘Susalabao’ lo siga acompañando en su eterna parranda en el cielo”, expresó un usuario de Instagram.

Kendall Royo, además de su faceta como presentador y folclorista, trabajó como técnico en ortopedia en la Policlínica de Arraiján de la CSS. Su partida dejó un dolor profundo, pero su sonrisa, su voz y su amor por la cultura panameña siguen resonando en cada tamborito, en cada recorrido por los pueblos, y en cada corazón que alguna vez vibró con su alegría.