- domingo 27 de febrero de 2022 - 12:00 AM
Bolívar Rodríguez, conocido chitreano que se ha destacado como poeta, compositor, emparchador, constructor de carretas, músico, y otras profesiones que Dios le ha dado y que en el transcurrir del tiempo, supo transmitir a una juventud habida de conocimiento y aprendizaje sobre los quehaceres cotidianos que en la rutina se tenía que hacer para sobrevivir.
Fue el 7 de septiembre de 1993, cuando Bolívar emprende la aventura de hacer la ruta de los carreteros del siglo pasado, desde Chitré hasta Ocú, en la carreta que había construido dos años antes, el propósito de Bolívar era llegar a la pintoresca comunidad herrerana, antes del Festival del Manito y participar en el grandioso desfile folclórico. Destaca Bolívar en su obra literaria ‘Mi padre, Carretas y Carreteros', que el trayecto duró más de un día, por el paciente paso de los bueyes, fueron avanzando por la fecunda y siempre acogedora campiña, que a través de los trillos, hollados por la cutarra nativa, hacen posible la entrada de quienes desean disfrutar de la pureza de las colinas, humedecidas por el frescor de las aguas de las quebradas que, entre helechos y lajas, se desprenden de la montaña de donde el dulce trino de las distintas especies aladas ofrendan con sus cantos el andar.
Bolívar me manifestaba que don Nino Rodríguez, su papá, fue un excelente constructor de carretas, también carretero, constructor de mejoranas, cantador e improvisador de la décima espinela.
Nuestra fuente, aun lo plasma en su obra literaria que las rutas más comunes fueron desde el puerto de El Agallito, hacia los pueblos de Macaracas, Llano de Piedra, Pesé, Las Minas, Ocú, Puerto Mutis, Divisa hasta Aguadulce. Más de sesenta carreteros y sus respectivas yuntas, registra Bolívar en su obra, poco conocida por las nuevas generaciones. Los puertos de El Agallito, el de Mensabé, el de Aguadulce y Puerto Mutis, entre otros, eran los centros comerciales, donde el tráfico de productos, enseres, alimentos, y artículos de primera necesidad, eran requeridos por residentes de los pueblos del interior, café, tabaco virginio, cajas de fósforos, alambres de púas, ropa china de trabajo, machetes, harina por quintales, jabones, perfumes, eso y mucho más.
La cultura va evolucionando y el elemento folclórico conocido como carreta, que ayer fue pieza importante en el desarrollo de los pueblos, hoy ha dejado de ejercer la función de medio de transporte, debido a los adelantos tecnológicos e invento del vehículo a motor, de esta manera la carreta deja de ser funcional como elemento de trabajo y pasa a ser tradicional, ya que cumple la función de atracción principal en los conocidos desfiles folclóricos. La carreta, medio ecológico de transporte, que jamás pasara de moda.