Piden reubicar el Puerto Barú para proteger los manglares

- sábado 01 de febrero de 2025 - 8:05 AM
El 2 de febrero de cada año se celebra el “Día Mundial de los Humedales” y anualmente se enmarca bajo una temática distinta. La temática del año 2025 corresponde a “Proteger los humedales para nuestro futuro común”. Hay ciudadanos y agrupaciones que dicen que el objetivo está lejos de cumplirse si se pone en marcha la construcción del proyecto Puerto Barú en David.
El controvertido Puerto Barú pretende ser construido a 20 kilómetros de la ciudad de David, en la provincia de Chiriquí. Según los quejosos afecta un área que contiene el 25% de la superficie de manglares de Panamá. Por esta razón alegan que es urgente reevaluar y reubicar el puerto para proteger los manglares de Panamá para las futuras generaciones.
Precisamente tour operadores que se dedican al ecoturismo en la provincia de Chiriquí, han levantado su voz ante la inminente amenaza de la construcción del Puerto Barú en David.
Mathew Rodríguez es un joven pescador residente del área de Boca Chica, distrito de San Lorenzo, provincia de Chiriquí. Hace tres años se dedica al turismo en el Golfo de Chiriquí. Su gran preocupación con la construcción del Puerto Barú es el dragado que se tendrá que hacer para la llegada de grandes barcos.
“El tema del dragado sacará mucho material dañino para el medio ambiente y las aguas cercanas. Según los estudios, ese material dañino se depositará en Boca Brava, allí nosotros hacemos el avistamiento de delfines, es algo que uno ofrece en el turismo seguro y que podría afectar esa parte del turismo, nos quitaría beneficios de lo que hacemos día a día, que es nuestro sustento”, manifestó Mathew a bordo de su embarcación.
Para Mathew el dragado también afectará a las playas del área, porque las dejará sucias de sedimento.
“En el mar el movimiento es constante por las corrientes. Será una contaminación general, se va a expandir conforme vayan sacando material”, recalcó.
Héctor Manuel Jurado es otro joven del corregimiento de Chiriquí que se dedica al turismo ecológico en el área. Dentro de las ofertas de turismo ecológico que ofrece, destaca como su paquete principal el tour de kayaks por los manglares de Chiriquí.
“Tengo cinco años haciendo este tipo de actividad y siempre que vamos, observamos animales diferentes. Cuando es marea baja se forman esas planchas de fango y vienen aves migratorias y es increíble la biodiversidad que puedes encontrar en ambos tipos de marea. Cuando es marea alta, los monos aulladores se acercan mucho a lo que son los ríos”, destacó Héctor, quien no se opone al crecimiento económico y a los empleos que va a generar la construcción del Puerto Barú. Sin embargo, apunta al daño ambiental que ocasionará para las futuras generaciones.
“No me opongo al crecimiento y soy consciente de que las personas de mi comunidad quieren empleos. Pero también soy consciente del impacto ambiental que tendrá este proyecto en nuestros recursos naturales que tenemos aquí, en esta zona protegida de los manglares de David y la Bahía Muertos; lo que es dragar este tipo de ecosistemas va a dañar todo esto, las aguas las pondrá más turbias, no habrá peces”, enfatizó.
Igualmente, puso sobre la balanza los empleos y el daño a la biodiversidad que ocasionará la construcción del polémico Puerto Barú en David.
“De nada sirve hacer un proyecto que te va a dar empleo por dos o tres años y un dragado que no sabes si va a funcionar; entonces vas a seguir dañando a los ecosistemas. ¿Y las futuras generaciones? ¿Qué van a tener? No van a tener peces, eso es lo que me preocupa. Estoy preocupado por la naturaleza, porque nuestro principal objetivo es mostrarle a los demás las bellezas de estos recursos naturales, para crear admiración en ellos y sepan que todos necesitamos de esto, no solo para nosotros, sino para las futuras generaciones”, concluyó.
Los manglares y humedales son ecosistemas que juegan un papel fundamental en el equilibrio y sostenibilidad de nuestro planeta. Estos ecosistemas, conocidos como “guarderías de la naturaleza”, albergan una gran diversidad de flora y fauna, incluyendo especies amenazadas y en peligro de extinción.
Los humedales, como pantanos y lagunas, desempeñan un papel crucial en la purificación del agua al actuar como filtros naturales, mejorando así la calidad del agua que llega a los ríos y acuíferos subterráneos.
Por otro lado, los manglares actúan como barreras naturales ante tormentas y tsunamis, protegiendo comunidades costeras y reduciendo la erosión del suelo. Además, funcionan como viveros para muchas especies marinas, contribuyendo a la pesca sostenible y asegurando la seguridad alimentaria de miles de personas.