Múltiples crisis frenan el progreso en desarrollo humano

Nueve de cada 10 países están en retroceso  
  • viernes 18 de noviembre de 2022 - 10:45 AM

El mundo va saltando de crisis en crisis, apagando fuegos en un ciclo aparentemente inagotable e incapaz de abordar la raíz de los problemas a los que nos enfrentamos. Si no se produce un drástico cambio de rumbo, puede que nos dirijamos hacia un futuro con aún más privaciones e injusticias, ha alertado el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). 

El último Informe sobre Desarrollo Humano Tiempos inciertos, vidas inestables: configurar nuestro futuro en un mundo en transformación, presentado hoy en Panamá advierte de la existencia de múltiples capas de incertidumbre interconectadas entre sí que están provocando una desestabilización sin precedentes en las vidas de las personas.  

Por primera vez, en los 32 años que el PNUD lleva elaborándolo —el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que mide la situación de la salud, la educación y las condiciones de vida de los países— ha empeorado a nivel mundial durante dos años consecutivos. El Desarrollo Humano ha retrocedido a niveles de 2016, revirtiendo gran parte de los avances hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.  

El retroceso es prácticamente universal, ya que más del 90 por ciento de países registran un deterioro de los niveles de su IDH en 2020 o en 2021 —y más del 40 por ciento, en ambos años— una demostración de que la crisis sigue empeorando para muchos.  

América Latina y el Caribe se ha visto particularmente afectada. Varios países sufrieron retrocesos significativos en el desarrollo humano en comparación con 2019. La región fue una de las más afectadas por la pandemia, con el 9% de la población mundial y el 33% de las muertes por COVID-19, a fines de 2021. También reflejó la contracción económica más fuerte, cerca del 7% en 2020. Aunque algunas economías se recuperaron en 2021, la recuperación fue lenta y desigual.  

Panamá también ha resentido los efectos de estos tiempos de incertidumbre e inestabilidad. En 2020 el país registró una de las mayores contracciones económicas de la región (tasa de crecimiento del PIB de -17.9) producto de la crisis de la COVID-19 y, si bien se recuperó en 2021, esta recuperación fue lenta y desigual.  

A fines de 2020, el IDH del país también sufrió retrocesos en comparación con 2019, cuando el valor pasó de 0.817 a 0.801.   Sin embargo, en 2021, el índice reflejó un repute hasta situarse en 0.805, lo que ubica a Panamá entre las naciones con “un “desarrollo humano muy alto”, en el puesto 61 de 191 países y, en el quinto lugar en América; después de Chile, Argentina, Costa Rica y Uruguay 

No se trata de tener una visión apocalíptica de la realidad más bien debemos comprender cómo las múltiples crisis que vivimos están interconectadas, por lo que estamos obligados a repensar los modelos de desarrollo.  

La crisis climática es evitable y el desarrollo inclusivo —centrado en las personas y en el planeta— es posible. De lo que trata, es de hacer las cosas diferentes porque en la incertidumbre hay oportunidades. Este es el momento para la innovación y de invertir para asegurar que el desarrollo alcance a todos y todas.  

"El mundo trata desesperadamente de responder a las sucesivas crisis. Con las crisis inflacionaria y energética hemos visto que, si bien es tentador adoptar medidas de corto plazo, como los subsidios a los combustibles fósiles, tales respuestas están retrasando los cambios sistémicos a largo plazo que es preciso adoptar", señaló Heriberto Tapia, experto en Políticas de la Oficina del Informe de Desarrollo Humano del PNUD en Nueva York.

El Informe examina porque no se están produciendo los cambios necesarios y ofrece muchas razones, como la mutua interconexión entre inseguridad y polarización y su impacto en la erosión de la solidaridad y la acción colectiva necesarias para combatir las crisis a todos los niveles. Nuevos cálculos muestran, por ejemplo, que las personas con una mayor sensación de inseguridad son más propensas a caer en el extremismo político. 

Para trazar este nuevo rumbo el Informe recomienda aplicar políticas dirigidas a fomentar las inversiones —desde las energías renovables hasta la preparación frente a las pandemias— y el aseguramiento —como la protección social— para preparar a las sociedades ante las contingencias de un mundo incierto. Al mismo tiempo, la innovación en sus múltiples variantes —tecnológica, económica, cultural— puede también desarrollar capacidades para responder a los desafíos que vayan surgiendo en el futuro. 

"Navegar esta incertidumbre exige redoblar nuestra apuesta por el desarrollo humano, mirar más allá de mejorar la riqueza o la salud de las personas, proteger el planeta y proporcionar a las personas herramientas que les permitan sentirse más seguras, recuperar la sensación de control sobre sus vidas, y tener esperanza en el futuro", dijo. María del Carmen Sacasa, Representante Residente de PNUD Panamá.

 

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