Fábricas textiles se quedan sin cortes

El negocio de corte y confección ya no es el mismo. Para 1990 operaban unas 80 fábricas de ropa, pero el 50% cerró junto a las 12 compañ...
  • sábado 15 de octubre de 2011 - 12:00 AM

El negocio de corte y confección ya no es el mismo. Para 1990 operaban unas 80 fábricas de ropa, pero el 50% cerró junto a las 12 compañías industrializadas que había en el país entre ellas: Durex, Boston, Don Algodón y Pony, que encontraron en países vecinos la opción de producir a menor costo.

Las pocas empresas que operan han sobrevivido a pulso, reenfocando su negocio para adquirir contratos para la confección de uniformes para entidades del Gobierno, colegios y la empresa privada.

Aunque existen alternativas, no todo resulta color de rosa. El presidente de la Asociación de la Industria de Ropa de Panamá, Augusto Corro, denunció que las actuales fábricas no participan de los contratos del Gobierno, porque son adquiridos por la competencia de Colombia. Las empresas panameñas no tienen capacidad para cumplir con los plazos dados y no pueden trabajar sin un adelanto de pago por el trabajo a realizar.

Otras han optado por exportar su mercancía como creaciones Marggie, MacGregor y Teach Latino América. Las exportaciones de ropa de vestir y accesorios al cierre de 2010 se colocó en $5,6 millones.

Fermín Thomas Chan, dueño de fábrica Fermin Chan S.A, que lleva 69 años en el negocio, resaltó ‘que estamos fabricando en el exterior porque no se puede competir en el mercado local’.

‘El mercado es duro’, confiesa el presidente de la Asociación de Industrias Textiles de Panamá, Augusto Corro, que lleva 48 años en el negocio. Él conoce lo difícil de subsistir en este mercado en el que solo sobrevive el que mantiene la perseverancia y el servicio personalizado al cliente.

La industria textil representaba puestos de trabajo importantes. Empresas como Durex y Dayan Hermanos tenían unos 400 empleados permanentes, ahora no queda ninguno al desaparecer las compañías.

Chan contó que hace 15 años, cuando exportaba, tenía 300 empleados y ahora solo cuenta con 60.

La incursión de maquilas a Panamá es un sueño lejano, debido a los salarios que se pagan en el país. El salario mínimo es inferior al que suelen pagar estas empresas, por ende no sería atractivo para los panameños trabajar en ellas.

Julia Suira, secretaria general del Sindicato de Industrias Textiles, agregó que la mano de obra en Panamá, que era muy buena, quedó rezagada y actualmente es mal pagada en los nuevos talleres que están en manos foráneas y que no dan permanencia ni pagan las prestaciones a sus trabajadores.

El Ministerio de Comercio e Industrias espera una propuesta por parte del sector que espera que el Gobierno conceda incentivos para reactivar la actividad.

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