Recuperará el tiempo perdido

Alegría y alivio es lo que se respira y se siente en la humilde casa de Ferney Agrono tras alcanzar su anhelada y luchada libertad.
  • sábado 02 de noviembre de 2013 - 12:00 AM

Alegría y alivio es lo que se respira y se siente en la humilde casa de Ferney Agrono tras alcanzar su anhelada y luchada libertad.

En compañía de su esposa Lisbeth y de su hija Marilis encontramos al futbolista colombiano que hizo carrera y fama en el fútbol panameño en la desaparecida Anaprof.

Su hogar, ubicado en Villa Guadalupe sector B, en Colón, lo recibió tras 34 meses en la cárcel Nueva Esperanza por un supuesto doble homicidio.

‘Después de unos largos 34 meses salgo libre. No todo fue malo, hicimos amigos y me desenvolví en lo mío, que es el fútbol’, confesó el exjugador del Árabe Unido y del Colón C-3.

Agrono, quien llegó a Panamá a los 19 años para dedicarse al fútbol, fue víctima de un solo dedo acusador (un supuesto testigo) y la burocracia de nuestro sistema penal.

El ex-América de Cali nunca tuvo un juicio, mientras que pasaba sus días encarcelado lo único que le hacían era revisar su expediente, aunque llovían las cartas de ayuda.

Colón C-3, su último equipo como futbolista y técnico, presentó varios recursos y apelaciones, pero el deportista solo recibía negativas, hasta le negaron dos veces la medida cautelar.

Su hija Marilis fue una de las más afectadas, pues Agrono no quería que ella supiera de su detención.

‘La sangre es más espesa que el agua’, le dijo a su esposa y tomaron la decisión de contarle la verdad.

La relación con su pareja, que pudo haberse deteriorado en esos meses de presidio, fue más fuerte y el amor de los dos venció a pesar de las vicisitudes.

‘Mi pensar era si yo no he hecho nada, no tengo por qué pagar por algo que no he hecho. No niego que el encierro me provocó intranquilidad, pero supe sobrellevarlo’, dijo el futbolista.

Ferney informó que quiere recuperar el tiempo perdido con su familia y jugar una temporada para poder terminar su casa.

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