Vales ven al HipoRemón como su salvavidas
- jueves 17 de noviembre de 2016 - 12:00 AM
HÍPICOS
Las populares frases, ‘cónchale vale', ‘de pana', ‘¿qué pasó chamo?' y ‘nahuará' no solo se escuchan en las aceras de Panamá donde los venezolanos que arriban a este país ofrecen todo tipo de chucherías, sino que ahora, a diario, son utilizadas en el Hipódromo Presidente Remón.
Usted se preguntará por qué. Bueno, resulta que la crisis política y económica que sufre aquel país sudamericano está acabando también con la hípica, razón por la cual los empresarios dedicados este deporte han optado por trasladar sus cuadras a Panamá.
En cualquier esquina del coso juandieño se aprecia a los venezolanos y hasta hay establos pintados con la bandera de la tierra de Simón Bolívar, tal es el caso del stud que lleva el nombre de los ciudadanos de ese país.
Raíz de la crisis
La hípica en Venezuela está muriendo, prueba de esto es que este año no competirán en la Serie del Caribe, donde tenían un papel preponderante: han ganado 13 clásicos Internacional del Caribe .
Los hipódromos de La Rinconada, Santa Rita y Valencia cerraron en varias ocasiones. Así lo detalla una nota publicada por medios de ese país el 25 de octubre pasado.
Esto mantiene en vilo a más de 100 mil vales que dependen de esta actividad y que ahora ven a Panamá como un salvavidas.
Actúan en el patio
Este año han hecho campaña en el HipoRemón cuatro jinetes venezolanos. Ellos son Johan Sánchez, Carlos Britos, Billy Cadiz y Hernán Parra.
A estos les podemos sumar las cuatro cuadras establecidas: Stud Los Venezolanos, Stud Fabiana, Stud Sánchez Rodríguez Stable Racing y el Tato Zeta.
Estos establos de empresarios venezolanos establecidos en el coso juandieño, tienen sus propios dormitorios y la mayoría de los mozos de corral son sus paisanos.
Rechazo
Un reconocido adiestrador de purasangres, que quiso mantener su nombre bajo reserva para evitar conflictos, señaló que el Hipódromo Presidente Remón no debe permitir que estos recintos sean zonas residenciales para que vivan los extranjeros.
‘Los distintos gremios hípicos debieran pronunciarse al respecto y tomar alguna medida para frenar está anomalía', sentenció el trainer .
Más de uno de los cuidadores locales ( groones ) siente inconformidad porque aseguran que se están quedando sin campo dentro del óvalo juandieño. Se calcula que ya hay más de 100 chamos ejerciendo como mozos de corral .
Reacción vale
Mario Estévez, quien llegó a Panamá en el año 2011, es venezolano de nacimiento y se nacionalizó español, y atiende una cuadra en el coso de Juan Díaz.
Considera que los gobiernos del desaparecido Hugo Chávez y actualmente el de Nicolás Maduro h an sepultado la hípica en Venezuela y acabado con esta industria; en cambio, dice que el deporte de los reyes, en Panamá, está en un buen momento.
"Mi esposa y yo decidimos radicarnos en Panamá porque nuestro hijo mayor se graduó aquí de la Licenciatura en Comercio Internacional este año y, como en este país hay muchas oportunidades de trabajo, nos quedamos y nos sentimos en casa. Hay gente muy amable y campechana", explicó Estévez.
Se ha consolidado con 45 victorias en lo que va de la temporada, tres de ellas clásicas.
Mientras que el jinete profesional Billy Cadiz tiene ya tres años de estar aquí, tras graduarse en la Escuela de Jinetes en Venezuela, montó en los tres hipódromos de ese país: Santa Rita, Valencia y La Rinconada.
‘Me gusta mucho este país, la gente es muy buena, agradable y tienen un don extraordinario para tratar. Espero seguir aquí un tiempo más, luego viajaré a los Estados Unidos", sentenció Cadiz.
Negocio
Josué Sánchez, inversionista venezolano, tiene 21 ejemplares bajo su égida. Él es de la opinión que el aporte que dan le beneficia a la hípica panameña, tanto en plazas de trabajo como en el espectáculo.
"Por el momento tenemos tres establos, estamos a la es pera de otros diez ejemplares más, procedentes de Venezuela y de Miami", apuntó.
Sostiene que ya tiene una inversión superior a los 300 mil dólares en Panamá, bajo los colores del Sánchez-Rodríguez Racing Stable.
Jorge Rangel, otro inversionista de la tierra suramericana, indicó que la colonia venezolana r epresenta un impulso importante en la hípica local, que redunda en beneficio propio y permite sostener ese vínculo creado a través del gusto por las carreras de caballos.