Una de cal y otra de arena
- lunes 03 de octubre de 2016 - 12:00 AM
La primera división panameña al fin pegó una después de tantos fracasos en taquillas. La buena publicidad, la quincena y el gran momento de Tauro y Plaza Amador se mezclaron para que ingresarán más de 7 mil almas al Rommel Fernández.
Así deben ser todos los clásicos. La afición entendió que el fútbol se disfruta en el estadio. Sin embargo, no todo fue color de rosa. El ingreso fue una chambonada total: pocas puertas de acceso. No es la primera vez que esto ocurre.
Esas chambonadas espantan al fanático que por primera vez asiste al estadio. A nadie le gusta hacer fila y pagar para perderse el primer tiempo. Los dirigentes de Tauro, la LPF y la Fepafut lucieron como novatos en la logística del ingreso al Rommel.
Igual pasa en el Maracaná. Un puerta para partidos taquilleros y se forma la incomodidad. Los baños del coloso chorrillero no se escapan de la crítica.
La mayoría de las veces están cerrados. Hay que darle comodidad al fanático y a la prensa.
Hay muchas cosas que cambiar para que dicha taquilla se siga repitiendo.
Desde el panameño que llega tarde a los estadios, hasta el precio de los boletos. La LPF debe tener un precio general de 3 dólares. La situación del país es no es la mejor.
Felicito a Tauro y Plaza por la publicidad masiva y a Álvaro Vargas por la preventa a 3 dólares.
Quedó comprobado que trabajando en equipo se dan las cosas. El fútbol necesita dirigentes que consulten, que sean emprendedores y que quieran aprender.