La noche del 2 de febrero de 2025 será recordada como una de las más memorables en la historia del fútbol panameño. El estadio Rommel Fernández Gutiérrez se llenó de emoción, luces y, sobre todo, de una magia única que solo Lionel Messi puede ofrecer.

La estrella argentina vio acción en el amistoso con su equipo, el Inter de Miami, le ganó 3-1 al Sporting San Miguelito, y el coliseo se convirtió en un templo del fútbol, donde los fanáticos vivieron una experiencia inigualable.

Messi había estado en Panamá con sus amigos, el 17 de julio de 2010.

Desde el primer minuto, la multitud vibró con cada toque de balón de Messi, quien, aunque se encontraba en un partido amistoso, no dejó de demostrar por qué es considerado uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, que estuvo involucrado en dos goles.

El Sporting San Miguelito, en un gesto de valentía y orgullo, no se intimidó ante la figura de Messi y trató de ofrecer resistencia, pero la calidad del argentino se hacía evidente a cada jugada.

Adán Henricks puso la alegría al minuto 24, al definir después de un pase genial de Diego Valanta, dejando sin opción al portero Oscar Ustari.

El primer tiempo estuvo muy movido, con ambos equipos atacando más la zona izquierda y dejando como protagonista por el Sporting a Oldemar y a marco de león, quien hasta le detuvo un gol a Messi, hasta que llegó la celebración con Hendrick

Pero antes de irse a los camerinos Benja Cremaschi consigue el empate para Miami 46.

Y al regresar, Tadeo allende al 48’ daría la ventaja a los visitantes Y sentenció Fafá Picault al 64’.

La nota mala fue al final cuando ambos equipos se fueron a los empujones innecesarios, después que Messi recibe una dura entrada del defensa central Aymar Condumí.

El astro jugó 76 minutos y salió ante la ovación de la fanaticada, que le agradeció no solo pisar suelo panameño, sino la magia que desplegó en la grama.

Cuando el árbitro pitó el final del partido, los aplausos no cesaron. No solo por la victoria de Messi y su equipo, sino por el privilegio de haber visto en vivo a uno de los más grandes de la historia del fútbol. Los fanáticos abandonaron el estadio con la sensación de haber sido parte de un momento único, uno de esos que se cuentan como historias a lo largo de los años.

La visita de Messi a Panamá no solo significó un partido amistoso, sino un regalo para todos aquellos que sueñan con el fútbol y que, por un momento, pudieron ser testigos de la magia de un jugador que sigue haciendo historia.

La gira de preparación de Miami continuará por San Pedro Sula, Honduras, ante el Club Deportivo Olimpia y finalizará en Tampa, Florida, el 14 de febrero, cuando cerrarán la pretemporada ante el Orlando City SC.