El Papa que amó el fútbol como ninguno

Creció en una cultura en la que ese deporte se vive con el corazón y desde entonces fue hincha declarado del club San Lorenzo de Almagro.
  • martes 22 de abril de 2025 - 12:00 AM

Rememorar la infancia en Argentina suele incluir una escena en la que niños corretean detrás de una pelota, aunque sea de trapo. Jorge Bergoglio era un ‘pibe’ del porteño barrio de Flores, aficionado al fútbol y fanático de San Lorenzo, pero era un ‘pata dura’: no jugaba bien.

“Siempre me gustó jugar al fútbol, daba igual que no fuera muy bueno. En Buenos Aires, a los que eran como yo los llamaban ‘pata dura’. Algo así como tener dos pies izquierdos. Pero jugaba. A menudo hacía de portero”, explicaría ocho décadas después el papa Francisco en su autobiografía ‘Esperanza’ (2025), escrita a partir de conversaciones con el periodista italiano Carlo Musso.

Aquel futbolista “feliz” pese a ser un ‘pata dura’, nacido el 17 de diciembre de 1936 y fallecido a las 7.35 horas (5.35 GMT) de este lunes en su residencia de la Casa Santa Marta, se convirtió en 2013 en la máxima autoridad de la Iglesia Católica.

En un gesto poco frecuente en los ocupantes de la Silla de San Pedro, Bergoglio exhibió desde el comienzo su amor por el fútbol, recibió en la Santa Sede a delegaciones de equipos de todo el mundo y saludó, con especial efusividad, a cuantos feligreses le salían al encuentro con camisetas de Argentina y, cómo no, de San Lorenzo.

Como buen argentino, Bergoglio no sólo disfrutó de los éxitos de su equipo, sino también de la Albiceleste, a la que vio ganar tres Mundiales: Argentina 1978, México 1986 y Catar 2022.

Fue uno de los pocos argentinos del planeta que no vio a Leo Messi levantar la Copa del Mundo en 2022, debido a una promesa que le hizo a la Virgen del Carmen en 1990.

Pariente lejano de Omar Sivori, el primer ‘Pibe de oro’ -antes de que ese apodo fuera para Maradona-, Francisco recibió en El Vaticano a ídolos del fútbol internacional, como Gianluca Buffon o Lionel Messi.

Además de ‘pata dura’ jugando al balompié, Bergoglio practicó el baloncesto y siempre defendió la bondad del deporte como vía para el cambio social, algo similar a la inspiración del padre Massa cuando fundó el club San Lorenzo.

En ese sentido, en 2017, Francisco grabó un mensaje para su emisión durante el Superbowl de la NFL, celebrado ese año en Houston, en el que deseó que la competición fuese “una señal de paz, amistad y solidaridad para el mundo”.

“Al participar en un deporte, somos capaces de ir más allá de nuestros intereses egoístas y aprendemos de una forma saludable a sacrificarnos y a crecer en la fidelidad y en el respeto a las reglas”, señaló en su alocución.

Y, siguiendo esa línea, a menudo usó metáforas deportivas en sus audiencias para aproximarse a sus feligreses, al hablar de los “discípulos del Señor” como “jugadores” y “equipo”; o referirse al “partido honrado y valiente” que él debía disputar como pontífice.

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