motivado. Ser juzgado por su físico fue algo que lastimó el corazón del receptor panameño Iván Herrera, quien desde pequeño tuvo que escuchar que: era bueno, pero gordo. Hasta que un día tomó la decisión de que trabajaría más que nadie, para dejar esa mala experiencia atrás.

“De niño era un poco gordo. Bueno, quizá no gordo, pero sí bastante rellenito. Casi decido no jugar béisbol profesional porque la gente me juzgaba por mi cuerpo”, contó de su pasado.

“Ni siquiera eran niños quienes me decían eso; eran los cazatalentos. No querían contratarme por mi físico. Siempre decían: ‘Oh, batea bien, pero está gordo, es demasiado rellenito’. Lo oía mucho, y un día decidí que nunca quería que mi físico fuera un impedimento para alcanzar mis metas”, agregó a www.mlb.com.

Escuchar tanto le dio la fortaleza mental, que hoy lo tiene en Grandes Ligas con los Cardenales de San Luis.

“Las críticas de los cazatalentos me hicieron pensar: ‘No pueden juzgarme por mi físico, así que voy a trabajar para salir de esto’. Desde entonces, me he enamorado del gimnasio y de mejorar”.

“He llegado hasta aquí trabajando más duro que nadie y, si me cuesta el brazo, voy a trabajar hasta que mejore”, concluyó.