- lunes 07 de marzo de 2016 - 12:01 AM
SALUD
Todos tenemos uno que otro lunar característico en el rostro o en el cuerpo. Según donde estén ubicados los lunares pueden ser sexis, atractivos y darte personalidad.
Sin embargo, debes tenerlos bien vigilados porque los lunares también pueden enfermarse y dar lugar al melanoma, una de las formas más peligrosas del cáncer de piel.
Si tienes lunares en tu cuerpo y además vives en un clima caluroso, te bronceas en exceso, las posibilidades de desarrollar lunares malignos y por tanto, contraer cáncer de piel son más altas.
Como siempre es mejor prevenir que curar, debes observar con atención tus lunares para asegurarte que no exista ninguna anomalía.
Consejos
Los lunares sanos conservan siempre el mismo tamaño.
Si notas que cambian su tamaño o su forma, por ejemplo, si una mitad no es igual a la otra, o el color, grosor o tamaño, es que hay un problema.
Un lunar maligno se caracteriza por bordes ásperos, irregulares, poco definidos.
Fijarte en el color es otra manera de detectar un lunar maligno. Los lunares sanos tienen una pigmentación uniforme. En cambio, descubres que un mismo lunar posee varios tonos de beige, marrón o negro, e incluso rojo, blanco o azul, posiblemente se trate de un lunar maligno.
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Detalle
IMPORTANTE
- Los lunares malos suelen tener más de 6mm de diámetro, cuando ya están desarrollados. Si los descubres a tiempo, pueden ser más pequeños.