- domingo 26 de febrero de 2023 - 12:00 AM
Denis era un hombre que se crió muy pobre en el barrio, junto a su madre y hermanos comían lo que podían. Creció entre un apartamento pequeño, cuya única cama que había en ese hogar era para su mamá y hermana. El resto, tenía que dormir en el suelo.
En plena juventud, Denis encontró un ángel en el camino, un empresario que le dio una mano para toda la vida, además lo motivó a estudiar. Así fue superándose el muchacho y también entrando en edad.
El hombre tuvo dos matrimonios los cuales quedaron en la basura, de esas relaciones procreó cinco hijos, a los que siempre apoyó.
Estando sin pareja, Denis no quiso más relaciones formales, pero sí aventuras. A algunas chicas las llevó a compartir a su casa, todo de maravilla. Pero, Denis tenía un problema, el ego se le subió a cabeza, pues había estudiado, se relacionaba con gente de dinero y sus ingresos económicos habían aumentado. Él ya no tenía necesidades.
Según el hombre, todas las chicas estaban por su dinero, por eso no las quería viviendo con él, porque querían solo lo material. Estaba acostumbrado a gritarles e imponer autoridad, pues él era el de la plata.
Un buen día conoció a una mujer profesional e independiente, la cual no le pedía muchas cosas y se daba a respetar. La joven no le aguantó a Denis sus berrinches de grandeza, cortando en poco tiempo la relación y enseñándole que no a todas les importa el dinero, mucho menos estar sumergidas en bajo el yugo de una persona que pasó necesidades y después se hizo el pudiente, mirando los demás por debajo del hombro.
Así siguió Denis, engreído, haciéndose el estricto y perfecto. Quedó sin el habla de sus hijos y parte de su familia se alejó de su insuperable orgullo.
