El loco de diciembre

Quienes vieron a Lidio en la parada le notaron un aire de desorientado
  • martes 20 de diciembre de 2016 - 12:00 AM

Quienes vieron a Lidio en la parada le notaron un aire de desorientado. El último conocido que lo vio en la parada contó que pasaron muchos buses vacíos y que a ninguno subió.

Fue al mediodía que se supo que Deysi, la esposa de Lidio, andaba desesperada buscándolo, porque llevaba días con actitudes raras, como si la memoria le estuviera fallando. Contó que Lidio había traído a la casa cinco jamones, porque olvidaba que ya lo había comprado; y que la noche anterior se había metido al baño a cenar allí, y, lo más insólito, esa mañana, apenas se despertó, le preguntó: ‘Quién es usted, señora, y qué hace aquí en mi cama de viudo'. Los chats iban y venían entre los vecinos, sobre todo entre los que lo vieron en la parada, con cara de loco y ataviado con un gorro navideño, detalle que le dio esperanza a la pobre esposa, quien veía en el uso del gorro un indicio de que la memoria de su marido estaba clarita, porque recordaba que estamos en tiempo de Navidad. Pero uno de los wasaps la derrumbó: Qué va, vecina, Lidio tenía algo raro hoy, como si estuviera loco o a punto de estarlo, mire que lo saludamos y nos contestó como a extraños, recuerde que en diciembre muchos se vuelven locos'.

Fue suficiente para que Deysi activara todas las alarmas entre la familia, la madre de Lidio sufrió un desmayo cuando supo que el hijo no había llegado al trabajo y que el celular sonaba como no programado. Las hermanas del desaparecido solo se alarmaron cuando supieron que aquel llevaba días con signos de cierto desequilibrio mental, y se preocuparon cuando se enteraron de que esa mañana no había reconocido a la esposa. ‘Hay que buscarlo dónde sea, si la mente se le perdió no sabrá adónde ir y si se sube a un bus equivocado y se baja en un lugar desconocido, de noche, Dios, qué peligros lo esperan por allá', le aconsejaron a Deysi, que imprimió varias fotos de su marido y decidió gastarse todos los ahorros navideños en publicidad televisada.

El mensaje televisivo informaba de un hombre con trastornos mentales, desaparecido desde la mañana, daban el nombre completo, Lidio Nicanor Machuca Sánchez, la edad, la estatura, el color de la piel, de ojos y de cabello, incluso la ropa, y la recompensa en efectivo que se le daría a quien proporcionara información veraz y comprobable de inmediato. A partir de ese momento, Deysi no soltaba su celular en espera de la llamada indicativa del paradero de su pobre esposo. Pero la tarde llegó a su fin y nada. Mientras, en la misma ciudad, un hombre salía de un hotel a comprar comida para él y su acompañante que pernoctaban en ese sitio para quitarse todas las ganas que desde mucho antes se tenían. El encargado de la recepción del hotel lo vio salir y no reparó en él, pero cuando repitieron la cuña dio un salto y gritó ‘este mismo es', buscó en el registro de ingreso y halló el nombre. Lo comentó con un seguridad y convinieron ‘mita y mita'. Pero ninguno se quería arriesgar a llamar por temor a verse involucrados y perder el trabajo, de manera que necesitaron un tercero, responsabilidad que recayó en Yamir, un biencuida'o que a diario andaba por esa zona. La llamada le llegó a Deysi a las diez en punto, a las once llegó al sitio indicado por Yamir, quien le dio los datos del paradero de Lidio y recibió su pago, perdiéndose de inmediato.

Ningún seguridad pudo detener a Deysi, que tocó la puerta de la habitación indicada y el mismo Lidio, pensando que era personal del hotel para llevarle un pedido, abrió envuelto en una toalla.

Cayó fulminado cuando vio a su esposa en la puerta. El escándalo alcanzó a los dos empleados, a los que despidieron porque el jefe olió que alguien le dio el dato al malandro de Yamir, a quien no vieron más.

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