Ironías
- jueves 08 de diciembre de 2016 - 12:00 AM
Apenas arrancaba enero, Bredio guardaba un poquito cada mes para comprar los tres regalos del Día de la Madre. No le gustaba comprar junto con el bonchao, le gustaba hacerlo con tiempo y por eso compraba los regalos de su madre, de su esposa Rebeca y de su amante Isabel en la última semana de noviembre. Como todos los años, repartía el total del ahorro entre las tres, el 10% le tocaba a su madre, el 15% a Rebeca, y a Isabel le tocaba el grueso: 75%. El obsequio para la progenitora lo compraba en el primer almacén que visitaba, rapidito elegía cualquier cosa, el asunto era que se lo forraran para aparecer el 8 con un presente para la persona que más lo amaba.
Conseguir el regalo de Rebeca tampoco le tomaba mucho tiempo, iba directo a la sección de ropa íntima para damas, y pedía tres sostenes talla 40D. Cuando llegaba a la sección donde envuelven los regalos, contestaba ‘Cualquiera' cuando la vendedora le preguntaba cuál de los papeles disponibles quería. El de Isabel ese sí se tomaba toda la tarde, buscando aquí y allá, comparando precios para comprarle lo mejor. Recorrió primero todos los almacenes del populacho, pero no halló nada que le pareciera digno de su amante. Este año andaba más celoso al elegir, porque la Bella llevaba días rara, esquiva, fría, y ni le guasapeaba ni lo llamaba. Andaba con esa indiferencia del que ya no está enamorado. Por eso Bredio quería darle un regalazo, para que se contentara de nuevo. Varias veces le había preguntado qué le pasaba, Isabel contestaba ‘Ya te dije que nada y si vuelves a preguntar me voy a cabrear'. Tras recorrer en vano las tiendas de trapos baratos entró a un almacén caro porque quería comprarle un vestido fino que nadie tuviera, le preocupaba que la bella saliera a la calle con un vestido barato y se encontrara en los buses o en el metro a media humanidad con un vestido idéntico al suyo. Una vendedora a la que le pidió asesoramiento le comentó: ‘Su esposa debe ser muy guapa, por eso usted la ama mucho'. Bredio contestó: ‘No es para mi esposa es para la persona que más amo, es lo más lindo que yo tengo, es como mi madre'. Tuvo que regatearle al gerente porque el traje soñado para Isabel costaba mucho más de lo que él llevaba. El hombre mandó que le mostraran más de 100 trajes acordes a su presupuesto pero ninguno le gustó quería el rojo con escote y lentejuelas; cerró los ojos para imaginar a su Isabel metida en ese vestido.
‘Deme lo que tenga y llévese el vestido que usted quiere', dijo el gerente cuando se cansó de verlo parado allí con cara de lástima y mirando sin parpadear el traje caro. Luego pasó media hora eligiendo el papel de regalo y les preguntaba a las forradoras cuál era el más hermoso. Finalmente se decidió por uno blanco con corazones rojos.
El Día de la Madre se levantó temprano y les dio el obsequio a la mamá y a la esposa, repitiendo: ‘Un cariñito nada más porque este año la cosa ha estado dura' y salió, supuestamente para el trabajo. Antes de las 8 de la mañana ya estaba donde Isabel sorprendido de ver un carro caro en el garaje. Llamó a gritos, le salió un hombre mucho más joven que él y le dijo antes de tirarle la puerta ‘Mira, tío, vete y no vuelvas más que ahora yo soy el marido de Isabel, aquí no tienes nada que buscar, aquí sobras y no jodas que yo soy de peligro'
Bredio salió envuelto en llanto, a duras penas podía manejar. Se detuvo en la quebrada 'Majagua', en cuyas aguas revueltas y sucias encontró su lecho de muerte el traje fino.