Su hijo era sano….

Su padre estaba preocupado porque a su hijo, no le gustaba el fútbol, béisbol y mucho menos libar licor, por eso trataba de meterlo en a...
  • martes 23 de noviembre de 2010 - 12:00 AM

Su padre estaba preocupado porque a su hijo, no le gustaba el fútbol, béisbol y mucho menos libar licor, por eso trataba de meterlo en alguna escuela de deportes, ya que los otros muchachos del barrio, juegan algún tipo de actividades recreativas o deportivas.

Otros familiares también estaban preocupados , porque Jacinto, solamente se la pasaba estudiando, en casa, bibliotecas o Internet, salía con otros compañeros de escuelas, para hacer investigaciones, propias de las tareas que mandaban los profesores, ya que cuando adulto, quería llegar a ser médico.

Jacinto en el verano se iba para la casa de su abuela el Chitré, donde sus primos no salían del estadio, apoyando a su novena de béisbol, mientras que él se quedaba en casa, leyendo libros, de ciencias, geografías e historia de la medicina en Panamá y el Mundo.

Por su parte su padre Harmodio consultó a un psicólogo, quien le aseguró que eso era normal para un joven que se ha trazado un destino tan importante como ser médico, aunque en la facultad los otros estudiantes, juegan futbol y otros acuden a la piscina.

Pero las otras amistades de Harmodio, le advertían que eso no era normal, ya que los jóvenes de hoy que no juegan algún deporte, otra cosa son, situación que puso a la familia, en apuros y preocupación.

Tanto dio el padre como su madre Virginia, que pudieron convencer a Jacinto a jugar para un equipo de jóvenes del barrio, por eso le compraron tacos, buzos y otros implementos deportivos, incluyendo dos balones, para practicar con otros jóvenes de la comunidad.

Al principio todo era felicidad en la familia, ya que Jacinto resultó ser un goleador y lo miraban como un Messi en el barrio, pero no se percataron que había bajado las notas en la facultad y en ocasiones no asistí a clases, por estar practicando el deporte favorito de su padre, no de él.

Un club de futbolista del barrio, lo sumó a su equipo, por eso había prácticas todas las noches en el cuadro del barrio, para jugar los sábados y domingos con otros oncenos, del mismo barrio.

Un domingo después que metió dos goles, le dieron el triunfo a su equipo, regresó a casa, pero estaba borracho, porque había que celebrar los goles y los amigos compraron cajas de cervezas, situación que preocupó a su madre, que supo que su hijo, estaba descuidando los estudios de Medicina.

Su madre fue a la facultad, donde le aseguraron que Jacinto no asistía a estudiar, que su novia que también estudiaba medicina, no sabía de su persona, se habían dejado.

Entonces su madre quiso poner orden en casa, ya que Harmodio estaba feliz por su hijo era goleador, no se había percatado que su hijo abandonó los estudios. Un sábado cuando Jacinto llegó a casa, después de meter un gol contra el equipo más agresivo del barrio, ambos le reclamaron, pero éste que estaba borracho, agredió a su padre, ocasionándole una herida en la ceja derecha, su madre lloraba desesperadamente, sus dos hermanas, tuvieron que irse de la casa, porque había problema con Jacinto.

Jacinto dejó de estudiar, ahora no sale de las cantinas, libando licor, mientras que su madre llora y su padre se lamenta, de obligarlo hacer algo que no era propio de sus metas y retos.

Moraleja: No obliguen a sus hijos o hijas a buscar otras metas, que no son las que ellos mismos se imponen, porque ellos son los arquitectos de sus propios destinos.

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