¿Black Friday o cuento pa’ chiquillos?
- lunes 02 de diciembre de 2013 - 12:00 AM
Bonifacio salió de madrugada con su mujer y sus hijos. Querían estar a las seis en punto en las afueras del centro comercial capitalino. De cuando en cuando se tocaba la parte del cuerpo donde traía el dinero para las compras. ¿Quién trae la lista?, les preguntó a su mujer y a sus hijos. Los dos muchachos contestaron: Aquí está. Traían, por si las moscas, una copia cada uno.
Menos mal, decía el padre, recuerden que el sencillo lo traigo yo y lo de ustedes es la lista, dijo el hombre, feliz de que, por fin, y gracias a sus ahorros, disfrutarían su primer ’Black Friday’. Entraron con el bonchao, abriéndose paso a codazos y empujones. Su mujer, acostumbrada a la tranquilidad del interior, se puso nerviosa cuando vio que dos hombres se agarraban a puño limpio por un televisor que ‘dizque’ estaba en oferta. Es mío, yo lo vi primero, decía uno, pero el otro se aferraba echado sobre el aparato gritando insultos que hubieran espantado a cualquier boquisucio. A empujones llevaron a la señora al recorrido por los comercios, donde, después de tres horas, sentían una profunda desilusión. Nada de ofertas por ningún lado. Entonces, Bonifacio le ordenó a la familia dividirse en dos grupos para ir recorriendo los comercios en busca de las anunciadas ofertas que no aparecían por ningún lado.
Fue en una tienda de electrodomésticos donde se formó el revolcón. Bonifacio examinó una televisión y leyó feliz que tenía el 50% de descuento. Creyó haberse sacado la lotería, pero su mujer le recordó que más o menos a ese precio estaba allá, en Chitré. No puede ser, dijo Bonifacio a punto de explotar en una de las rabietas que solo él sabía hacer.
Esto es un fraude, una trampa, un insulto a la inocencia ciudadana, gritó y muchos lo miraron, pero luego se le acercaron comentándole que lo mismo les pasaba a ellos. Puro cuento, decía una viejita. Yo vine la semana pasada y ese aparato estaba a 75 dólares, cuál es la oferta, carajo, ahora cuesta 150 y con el 50% de rebaja queda de nuevo en los 75 dólares, chilló la doñita y se fue, acompañada de Bonifacio, adonde el supuesto gerente del almacén, discutieron durante más de media hora hasta que el hombre aceptó que no había ninguna rebaja.
‘Tienen que ir a Estados Unidos, que allá sí hacen Black Friday de verdad’, dijo el comerciante avergonzado, y los clientes fueron saliendo desilusionados. Bonifacio y su familia continuaron el recorrido en busca del verdadero descuento. En eso vieron una fila y pensaron que alguna novedad debía haber allí. Se formaron en espera del turno para entrar, que llegó una hora después. La gente sale sin cartucho, papá, decía la pelá. ‘Es que no cargan plata, solo andan viendo’, decía la madre. Entraron y la chiquilla vio enseguida lo que quería. ¿Tanto, cuál es la rebaja?, preguntó Bonifacio. La mujer revisó el aparato y le vio otro tiquete.
Otro precio, dijo Bonifacio, y sacó cuentas. Esto no es ningún descuento, esto es una estafa, qué descuento del 70%, gritaba y se fue a reclamar, amenazando con llamar a la Acodeco y a la Policía, pero el dueño del almacén no le paró bola. Cansado de insultarlo en vano, salió con toda sus familia. Nos vamos ya para el interior. Puro cuento ese del ‘Black Friday’.