Una alma en pena

Por más que visitó a brujos, hechiceros, hierberos, adivinos, locos y otras hierbas aromáticas, la edad le recordaba un tiempo que pasó....
  • sábado 23 de octubre de 2010 - 12:00 AM

Por más que visitó a brujos, hechiceros, hierberos, adivinos, locos y otras hierbas aromáticas, la edad le recordaba un tiempo que pasó. Además, su hermosa mujer de apenas 30 años de edad, estaba molesta, pues él, con apenas 35 años, se había quedado impotente y el amigo no se levantaba ni con grúa. Esto le trajo muchos problemas en el hogar, sin contar que hasta sus dos hijos---una mujercita y el varón---se percataron del problema del papá, gracias a los insultos y reclamos que se hacían dentro de la recámara que se escuchaba hasta la esquina de la calle.

Avelino visitó a un brujo por los lados de La Chorrera , quien le sometió a un sahumerio, le bailó alrededor con la danza de los caracoles y le recomendó algunos baños, que debía darse antes de tener relaciones con la mujer, quien había perdido las esperanzas, porque ni con cariñito manual ni bucal quería levantarse el asunto. Y es que el hombre quemó todos sus cartuchos cuando era adolescente y después joven, ya que no salía de las cantinas, prostíbulos y otros lugares no santos, a parte de los cartuchos que explotaron en sus manos.

Una madrugada Cintia le pidió a Avelino que fuera a visitar a algún médico y le mandaran píldoras, pero estas no servían para nada, ya que por más ungüento que le untaba la mujer, por más sacudidas que le diera, besos y mordidas, el asunto quedaba sin vida. En realidad, parecía que esa parte del cuerpo, había muerto.

En otra ocasión una bruja en Chilibre le leyó las cartas y le aseguró que estaba embrujado, que una mujer con la que se iba a casar le echó la maldición del cuervo negro, que es un polvito en el café, pero Avelino ni siquiera recuerda de quien se trata, ya que Cintia fue su única novia, a menos que haya sido alguna de esas mujeres del mal vivir, donde dejó todas sus energías.

En otra ocasión visitó a otro loco--- bueno leedor del tabaco---, quien fumó unos habanos y ahumó toda la recamara, intentando sacar los malos espíritus, con la complacencia de Cintia, que sabía que él había dejado sus energías en las cantinas, no solo en el sexo, si no también con el consumo de licor, que también contribuye a que se caiga el pene y otras cosas.

Esa noche Cintia trató de ver si la lectura del tabaco había surtido sus efectos, por eso cuando ambos estaban en la cama---desnudos---, se tocaban mutuamente, se besaban sus partes intimas, de repente el asunto como que iba a andar, pero de repente se cayó como un plátano podrido.

Ya cansada de no tener sexo por seis meses seguidos, la esposa empezó a recordar aquellos amigos que le sacaban el jugo y otras cosas, especialmente de Samuel, el morenito aquel que la hizo mujer en la playa de Veracruz, dentro del agua y con semejante cosota, que por casi la parte en dos.

Tras otra noche más de calvario para la mujer y de sufrimiento para el hombre, decidieron poner las cartas sobre la mesa, ya que ese matrimonio había fracasado, pero los hijos lloraban, porque sabían que tarde o temprano el divorcio sería una realidad.

Hasta que llegó un médico, amigo de la pareja, que le recomendó hacerlo en otro lado, no en la misma cama, recámara y mucho menos con lectura del tabaco. Por eso se fueron a revivir su propia historia a la playa de Río Hato, lo que fue todo un éxito, porque la mujer salió embarazada. Pero ahora no quiere cocinar, lavar y mucho menos ver televisión, ya que quiere estar en lo que hace rato quería estar y lo está haciendo de día y de noche.

Con el tiempo descubrieron que la casa donde vivían alquilados, había residido una enfermera que murió por falta de sexo, y sin conocer lo que era una noche de felicidad, por eso su alma está rondando, evitando que en esa casa mujer alguna disfrute del sexo, mucho menos en su habitación.

La pareja se mudó de casa donde nació el tercer hijo, por lo tanto son felices y contentos, mientras que el alma de la enfermera, está buscando un hombre que la haga mujer y así poder dejar en su alma que descanse en paz.

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