Revelan expediente X: muerte por jugar güija

El caso Vallecas es considerado uno de los expedientes X más importantes de España. Después de 20 años la Policía lo reveló a Cuarto Mil...
  • domingo 09 de diciembre de 2012 - 12:00 AM

El caso Vallecas es considerado uno de los expedientes X más importantes de España. Después de 20 años la Policía lo reveló a Cuarto Milenio, un programa de la cadena televisiva Cuatro.

De acuerdo con el relato todo comenzó en el instituto donde estudiaba la adolescente Estefanía Gutiérrez Lázaro, residente en el barrio de Puente de Vallecas Madrid, España. A unas amigas se les ocurrió hacer la güija en el baño del instituto. Una de las preguntas sorprendió a Estefanía. Al parecer la hizo una de las amigas empeñadas en conectar con un novio fallecido en accidente de moto.

Según los documentos de la policía, a partir de ese momento la vida de Estefanía dará un giro de 180 grados. La joven, comenzó a tener síntomas epilépticos y a producir sonidos guturales como si fuese otra persona la que hablase por ella. Su familia comenzó un peregrinaje por especialistas. Sus hermanos llegaron a decir que adoptaba posturas extrañas y que intentaba agredirlos.

A las 02:30 de un día de agosto de 1992 Estefanía entró en el Gregorio Marañón en coma profundo. Expulsó una serie de líquidos, habló con esa voz terrorífica y falleció.

Su madre aseguró, según consta en los documentos policiales, que antes de su muerte ella jo que la llamaban y que un grupo de personas le pedían que fuera hacia ellos. Éste es su último testimonio sobre Estefanía.

En el otoño de 1992, tras el fallecimiento de Estefanía, su madre Concepción, se despertó en su cama porque notó una extraña sensación, la mano de su hija que la acariciaba, pero era una sensación de algo helado.

En la habitación donde dormían sus hermanas ocurrió un suceso difícil de olvidar. En una litera dormían las dos muchachas. Escucharon un sonido peculiar y vieron a un intruso: una figura reptaba dentro de la habitación. Las niñas entraron en pánico, pero esa no fue la última vez.

En noviembre de 1992 en la madrugada, los hechos llegaron a unos límites inexplicables. Los crucifijos dieron la vuelta solos y los cuadros cambiaron de sitio. El padre de familia, Máximo Gutiérrez, que no creía en estas historias, vio con sus propios ojos y en mitad del pasillo la figura de un hombre negro como la noche de unos dos metros, sin pelo.

La madre vio que una de las fotos de Estefanía estaba boca abajo y ardía por dentro del marco. Máximo decidió entonces coger el teléfono y llamar a la Policía.

El inspector y algunos policías fueron testigos de diferentes fenómenos paranormales. Pero el fenómeno que más sorprendió a los agentes fue un crucifijo que, estando colgado, se dio la vuelta y que posteriormente se arrancó de golpe de la pared, desprendiéndose el Cristo de la cruz.