- lunes 23 de junio de 2025 - 12:00 AM
Cuando el cuerpo no responde como uno espera, es fácil pensar que la vida sexual terminó. Pero ojo: que haya impotencia no significa que la pasión tenga que morir. La intimidad no se trata solo de tener una erección, sino de conexión, deseo y sobre todo, creatividad.
El sexo puede cambiar, sí, pero eso no tiene por qué ser algo malo. Muchos hombres se sienten frustrados cuando aparece la disfunción eréctil y es completamente normal. Lo importante es no dejarse atrapar por la vergüenza o el silencio.
Hablar con la pareja puede hacer toda la diferencia. Si los dos entienden lo que está pasando, se pueden relajar y buscar juntos otras maneras de disfrutar.
Hay muchas formas de tener placer sin necesidad de una erección. El cuerpo tiene miles de puntos sensibles que a veces se olvidan por enfocarse en lo de siempre. Un buen masaje, una sesión de besos sin reloj, caricias con intención... todo eso también es sexo. Y a veces, incluso más rico cuando no hay la presión de “cumplir”.
También vale la pena recordar que pedir ayuda no es señal de debilidad. Hay médicos y terapeutas que pueden orientar, y tratamientos que ayudan mucho. Pero mientras tanto, no hay por qué poner pausa a la intimidad. Se puede seguir explorando, jugando, sintiendo a otro ritmo, quizás, pero con el mismo deseo.
Cuando una pareja decide enfrentarlo sin culpas ni tabúes, muchas veces terminan con una relación más fuerte e incluso una vida sexual más divertida. Porque cuando se apaga una luz, hay que prender otra.