Aunque no dispongas de mucho tiempo para los juegos preliminares, antes de lanzarte te recomendamos que tengas en cuenta estos tips para hacer que el hombre eyacule rápido:

Aumenta la estimulación poco a poco: aunque estás buscando que eyacule antes de lo habitual, para lograrlo vale la pena que te tomes un poco de tiempo al principio para estimularle a él, física y mentalmente, así como después pasar a ser más directa y usar las manos para estimular el pene y los testículos.

Cambiar las posturas: una de las mejores técnicas para que un hombre termine rápido en la cama, satisfecho y sorprendido para bien es, sin duda, probar posturas nuevas e ir alternándolas. No te quedes en el misionero básico y prueba y combina más posiciones, como las que te revelaremos en los siguientes apartados.

No te olvides del sexo oral: puedes usarlo como parte de la estimulación en los preliminares, ya que es una técnica que puede aumentar la excitación en muy poco rato, e incluso hacerle eyacular solo con sexo oral.

Contra la pared

Si quieres cambiar de posturas y disfrutar de sexo rápido, una de las mejores opciones es hacerlo contra la pared. No importa si elegís hacerlo de cara a cara o de espaldas o si lo vais combinando, seguro que os encanta.

Para tener sexo contra la pared sencillamente, para empezar, colócate de espaldas a esta y procura que todo sea lo más natural posible. Déjate llevar y verás como este cambio de rutina le excita hasta hacerle terminar en poco rato, pero de forma intensa. Ten en cuenta que esta posición facilita los besos y las caricias, así que aprovéchalo. Además, otra clave para hacerle terminar rápido es que cuando estés de espaldas a él, te resultará más fácil usar las técnicas antes mencionadas de contracción y relajación y de juntar las piernas.

La vaquera

Hay hombres a los que les encanta que sea la mujer quien tome la iniciativa, marque el ritmo y la intensidad y domine todo el encuentro. Si tu pareja es de este tipo, seguro que conseguirás excitarle al máximo con la posición de la vaquera.

Se trata de que mientras él está echado mirando hacia arriba en un lugar cómodo, tú te coloques encima para controlar desde los primeros pasos para excitarle hasta el final. En esta postura puedes disfrutar de besos, caricias y miradas cómplices. También puedes inclinarte un poco hacia atrás para facilitar que él pueda seguir bien el ritmo y estimular tu zona íntima, lo que les ayudará a llegar juntos al clímax en poco rato.