
- miércoles 04 de abril de 2018 - 12:00 AM
RELACIÓN
No importa cuanto tabú pueda existir entorno al sexo, la realidad es que todos los hombres desean ser considerados como buenos compañeros de cama, y no precisamente para dormir.
Y apartando los problemas de disfunción sexual que afectan tanto a ellas como a ellos, algunas claves pueden marcar la diferencia, por eso te damos pistas para que sepas cómo ser el amante perfecto y complacerla a más no poder.
Pasos a seguir
1- Sácate el tabú de la cabeza, pues mientras más educación tengas respecto al sexo más podrás disfrutar y hacer disfrutar. No temas investigar, leer y conocer acerca de los temas que te puedan llamar la atención en el ámbito sexual, conoce tu cuerpo y el de ellas y descubre sus puntos débiles para comenzar.
2- Sé abierto y mantente dispuesto a experimentar. Cada pareja es diferente, a algunas chicas les gusta esto y a las otras lo otro, pero mientras tu no temas vivir la experiencia y disfrutar nuevas cosas siempre serás considerado un buen amante pues te gusta complacer.
3- Relacionado con el punto anterior está tu capacidad de dar placer: el sexo es dar y recibir, si solo te interesa estar complacido y nada más es muy probable que nunca seas visto como un gran amante, por eso preocúpate y ocúpate de ella.
4- Poco a poco y sin apuros. Aunque hay encuentros muy pasionales donde prolongar los juegos previos resulta difícil, en general el amante perfecto se toma el encuentro con calma, el ritmo lo marcan ambos, no hay apuros, lo bueno llega igual.
5- Un buen amante es interesante y sabe conversar, por lo tanto escuchar. Desde conversaciones triviales hasta formas particulares de gemir que indican que "eso" ha gustado, las mujeres adoran los buenos conversadores que coinciden también muchas veces con la cualidad de ser bueno en la cama.
6- Sabe besar y tocar. Parece obvio pero ¿crees que todos los hombres saben como hacerlo?, la realidad es que no. Un amante perfecto besa que provoca y toca en el punto exacto y de la forma indicada, explorando sin temor las zonas erógenas femeninas y moviéndose por ellas con total libertad.