El dolor que se experimenta durante las relaciones anales puede darse por diversos motivos, ya sean físicos o mentales. Así, resulta muy importante conocer los más comunes para prevenirlos o bien para saber qué hacer o cuando acudir al especialista. Estas son las causas principales por las que duele el sexo anal:

Falta de lubricación

El ano no tiene lubricación natural para ser penetrado fácilmente y sin dolor, por lo tanto, es algo esencial utilizar un lubricante adecuado para este tipo de relaciones. Además, lo más recomendable es utilizar un preservativo con lubricante, puesto que así también se previenen las posibles transmisiones de enfermedades sexuales.

Debido a la falta de lubricación también resulta más difícil la dilatación, por lo tanto, si no estimulamos bien el ano antes de penetrar, seguramente se produzca dolor de intromisión o superficial. Si esto sucede y la penetración es algo forzada por no haberse lubricado bien previamente, es probable que se den fisuras y desgarros los cuales deriven en un dolor intenso. Así que, más vale lubricar y dilatar bien antes de penetrar para evitar este tipo de problemas y disfrutar del sexo.

Otro motivo por el que duele este tipo de sexo son las penetraciones agresivas o el sexo duro. Hay quienes disfrutan de prácticas más duras o extremas, pero hay que saber que este tipo de relaciones pueden producir dolor a ambas personas y ocasionar desde irritaciones y molestias hasta dolor intenso, desgarros e incluso sangrado.

Posturas inadecuadas

Existen algunas posturas que resultan inadecuadas para este tipo de penetración y que, por lo tanto, pueden causar molestias importantes. Así que, si esto te sucede, conoce cuáles son las mejores posturas sexuales para el sexo anal como, por ejemplo, el molde o la libélula.

Problemas de salud

Existen muchos problemas de salud y afecciones que harán que esta actividad sexual duela. Algunos de los problemas más comunes que nos impiden pasar un buen rato en estos casos son el líquen escleroso, las irritaciones, las hemorroides, las fisuras, heridas y desgarros, las infecciones bacterianas e incluso las ETS. Por lo tanto, si te duelen estos encuentros sexuales es posible que padezcas alguna de estas condiciones.