Lo primero que quiero decirte es que no estás sola. Muchas mujeres y hombres se sienten exactamente como tú, especialmente cuando la vida no sigue el “guion” que tantas veces nos han enseñado. Tú hablas de frustración, y es completamente válida. Has hecho tu esfuerzo y aun así sientes que no has encontrado lo que buscas. Eso duele. Duele porque parece injusto. Pero no hay nada “malo” contigo. Tal vez valga la pena hacerte esta pregunta: ¿Y si el amor puede llegar de formas diferentes a las que esperaba? El amor no siempre entra con flores y promesas. A veces llega silencioso, en una amistad profunda que se transforma. A veces llega más tarde, cuando ya has aprendido a elegir con más claridad. A tus 44 años no estás empezando tarde. Estás en un momento de lucidez, fuerza y autenticidad que muchas personas más jóvenes aún no han alcanzado. Y ese es un lugar poderoso desde el cual amar y ser amada.