Primero que todo, confía en tu intuición. Si algo te dice que las cosas no están bien, seguramente es así. Las mujeres tenemos un radar emocional poderoso. No necesitas ver mensajes calientes o fotos comprometedoras para darte cuenta de que algo cambió. Cuando una pareja empieza a esconder, mentir y distanciarse emocionalmente, la traición ya está en proceso, aunque aún no tengas la prueba en la mano. Pero calma, que esto no se trata de volverte detective 24/7.

Lo mejor que puedes hacer es observar con inteligencia y actuar con astucia. Cambios bruscos en la rutina, la forma en que se arregla, nuevas contraseñas o un repentino “cariño” artificial pueden ser señales. Pregunta sin acusar, toma nota mental, y si tienes oportunidad, una pequeña revisión del celular (con precaución y sin escándalo) puede darte luces si lo vas a hacer, que no sea por venganza, sino por claridad. Ahora, si un día lo descubres en plena movida, respira. No grites, no llores frente a él, no armes el show. La que debe tener el control eres tú. Enfréntalo con seguridad, exige respuestas si las quieres, pero sobre todo, decide desde tu dignidad. Si se confirma la infidelidad, no te quedes estancada. Busca apoyo, habla con alguien de confianza, y piensa en tu bienestar emocional. Perdonar es válido, pero solo si él muestra verdadero arrepentimiento y tú sientes que puedes sanar.